Experiencias de éxito en entornos interactivos de aprendizaje en escuelas ordinarias. ¿Qué claves nos ofrecen?
Mireia Barrachina y Cristina Pérez-Manglano
Entornos interactivos en centros ordinarios
En anteriores artículos iniciamos un diálogo sobre la escolarización del alumnado con NEE y la necesidad de mejorar la inclusión en los centros educativos. En este artículo intentaremos ofrecer claves para la inclusión del alumnado NEE en centros ordinarios, mediante el análisis de investigaciones educativas que recogen experiencias de éxito, así como desde nuestra experiencia dentro de los equipos de orientación educativa. A continuación enumeramos 6 claves básicas para una inclusión real:
1. Crear entornos interactivos de aprendizaje:
Las investigaciones científicas demuestran que el alumnado con NEE en entornos de aprendizaje interactivo e inclusivo, fomentando el apoyo entre iguales, mejora en las áreas que presentan mayor dificultad. Estas áreas suelen incluir, especialmente, atención e interacción social. La colaboración entre alumnado con diferentes niveles no solo apoya el desarrollo académico de cada uno, sino que impulsa habilidades sociales y emocionales fundamentales, como la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Hay estudios que evidencian el desarrollo de la teoría de la mente en este tipo de espacios inclusivos que benefician especialmente al alumnado sin NEE, que aprende a respetar las diferencias y a aceptar que sus compañeros con NEE también tienen mucho que aportar. Para lograr estos beneficios, es fundamental la organización del aula en grupos heterogéneos.
2. Fomentar el aprendizaje dialógico y la ayuda entre iguales
La ayuda mutua y el diálogo igualitario son aspectos fundamentales en la inclusión educativa. La teoría del aprendizaje dialógico señala que el aprendizaje se enriquece al dialogar entre personas diversas, incluyendo alumnado, profesorado, familiares y otras personas de la comunidad con diferentes conocimientos, experiencias y culturas. Para que el aprendizaje sea dialógico ha de basarse en siete principios: diálogo igualitario, dimensión instrumental, inteligencia cultural, transformación, creación de sentido, solidaridad e igualdad de diferencias. El aprendizaje organizado alrededor de estos siete principios consigue mejorar tanto el rendimiento académico como el clima de convivencia en los centros educativos y las comunidades en que se aplican.
Las actuaciones educativas de éxito (AEE), como los grupos interactivos y las tertulias dialógicas, tienen en cuenta el valor de la diversidad, la interacción y el diálogo para ayudarse mutuamente a resolver la actividad. Son herramientas valiosas que permiten al alumnado con y sin NEE interactuar y aprender juntos. Estas prácticas logran que amplíen sus capacidades, explorando zonas de desarrollo antes inalcanzables y desarrollando una comprensión más profunda y compleja del conocimiento, promoviendo la tolerancia y la inclusión en nuestras escuelas, comunidades y vecindarios.
3. Replanteamiento del rol del profesorado de apoyo y recursos especializados de inclusión dentro del aula
El profesorado especialista de pedagogía terapéutica (PT) y audición y lenguaje (AL) juega un rol clave para conseguir realizar las actividades con todo el alumnado con NEE, de manera que pueda participar en el aprendizaje instrumental con la misma oportunidad de éxito que sus iguales. En este sentido, los grupos interactivos permiten que los apoyos necesarios para el alumnado con NEE se integren dentro del aula, en lugar de apartar a estos alumnos del grupo. Esta forma de organizar el aula ha demostrado que las interacciones entre los compañeros, las compañeras y el voluntariado eliminan las limitaciones de roles predefinidos de «quién ayuda a quién», permitiendo que todo el alumnado, independientemente de sus dificultades, pueda participar y ser valorado por sus aportaciones. Esto permite que el alumnado avance en su aprendizaje de forma más autónoma.
En este periódico se han publicado artículos con estrategias para la inclusión del alumnado NEE en tertulias dialógicas y en grupos interactivos, así como criterios claros para que los planes de refuerzo tengan en cuenta la inclusión del alumnado NEE con garantías de éxito.
4. Participación de la comunidad educativa y voluntariado
La participación de la comunidad educativa, que incluye tanto a familias como a voluntariado, marca una gran diferencia en el éxito de la inclusión. Involucrar a personas externas al aula, como familiares, comunidad del barrio o personas universitarias, refuerza un ambiente de ayuda y cooperación donde se sienten valorados y apoyados. Investigaciones recientes muestran que el voluntariado juega un papel crucial para fomentar y normalizar estas interacciones de ayuda, incrementando las oportunidades de aprendizaje y participación para todas y todos.
5. Altas expectativas y objetivos claros
Las altas expectativas son fundamentales para que todo el alumnado se sienta motivado y capaz de alcanzar logros significativos. Al fijar objetivos claros y desafiantes, el profesorado fomenta un clima en el que se puede percibir el avance y la superación de limitaciones. Establecer objetivos claros en base a máximos de aprendizaje es muy importante para el alumnado con NEE. Es necesario comprobar la evolución de los resultados para asegurar un proceso de andamiaje efectivo. Esto también nos ayuda a valorar sus logros y motivarnos en el progreso de enseñanza-aprendizaje, puesto que a menudo significa un auténtico reto.
6. Promover un clima de respeto y diversidad
Promover un ambiente de respeto y violencia cero hacia las diferencias individuales es imprescindible para la inclusión. En este sentido, el modelo dialógico de prevención de conflictos y el club de valientes violencia cero, donde no hay cabida a la violencia desde los cero años, así como la figura del upstander (persona que se posiciona activamente contra situaciones de violencia y exclusión) permiten a la comunidad educativa construir un clima de respeto, solidaridad y aceptación. Así, se fomenta un espacio seguro donde cada estudiante puede expresarse y aprender en un entorno que valora la diversidad.
Para implementar con éxito estas claves con el alumnado con NEE es fundamental, ante todo, creer que es posible; esto requiere un cambio de mirada hacia un horizonte lleno de posibilidades. Para ello, es necesario elegir una formación del profesorado que mejore la educación especial, que se base en evidencias científicas de impacto social, para asegurarnos que alcanzan sus máximos aprendizajes, siempre con altas expectativas.