Cada vez escuchamos que en más escuelas están haciendo club de valientes violencia cero, una actuación educativa de éxito que está dando muy buenos resultados para prevenir y frenar la violencia. Cuando una actuación exitosa se extiende tanto es muy buena noticia pero, en ocasiones, cuando el profesorado no tiene formación rigurosa antes de implementarla, se puede ir deformando, produciendo resultados contrarios a los esperados.
Esperamos, con este artículo, aclarar qué es y qué no es club de valientes violencia cero, para que profesorado, familiares y alumnado puedan beneficiarse al 100% de una de las actuaciones más eficaces actualmente para lograr centros educativos y espacios seguros para todas las edades.
Comenzaremos con aspectos claves de su definición, que ya en sí aclara muchas dudas:
- El alumnado se posiciona contra la violencia y denuncia siempre que se produce, al tiempo que valora la amistad.
- El alumnado aprende a defender y a apoyar a las víctimas y a rechazar los comportamientos violentos, vengan de quien vengan.
- Abre un espacio de liderazgo dialógico en el que el alumnado comparte situaciones y conflictos cotidianos, sentimientos, valores, lecturas, vídeos… donde dialogan y se van configurando un ethos que muestra un claro posicionamiento para erradicar la violencia siempre.
Vayamos punto por punto. En los centros educativos, al igual que en la sociedad, normalmente impera la ley del silencio. Esta ley beneficia a los y las que ejercen violencia, porque con el silencio se encubre a las personas acosadoras. Si alguien se atreve a romperla se le ataca, dando el ejemplo de que quien “abra la boca” acabará peor. Es muy común cuando se acusa de chivato a quien denuncia la violencia, y tanto alumnado como profesorado a menudo contribuyen a perpetuar esta ley del silencio. El club de valientes violencia cero logra romper la ley del silencio, porque la persona que denuncia es valorada como valiente; se une la valentía a las personas que no miran a otro lado, siendo muy valoradas para escogerlas como amistades. El alumnado aprende que los amigos y las amigas siempre tratan bien y que en la amistad no hay lugar para la violencia.
Con el club de valientes violencia cero aprenden a defenderse. Cuando alguien ejerce violencia, todos y todas se activan: unos se quedan con la víctima, la defienden, otros informan a alguna persona que les pueda ayudar. El alumnado muestra que no admitirá comportamientos violentos, y las personas violentas y acosadoras solo tendrán el apoyo y amistad de los compañeros y compañeras cuando dejen de serlo, es decir, cuando traten bien. Este funcionamiento a través de los clubs de valientes previene y permite superar lo que se ha identificado como violencia aisladora. El club de valientes violencia cero contribuye a superar esta violencia, ya que las personas que actúan y defienden nunca están solas; siempre encuentran a quienes se posicionan a su lado.
De esta forma no es solo el profesorado quien dice lo que está bien o está mal, sino que el alumnado lidera de forma dialógica, con argumentos de validez, la creación de relaciones libres de violencia, expresando sus sentimientos de forma libre, sin miedo a que nadie les ataque por ello y debatiendo formas diversas de frenar la violencia sin ejercer más violencia en las relaciones que viven en sus contextos cotidianos.
Para que sea efectivo, el papel del profesorado y de los adultos es muy importante, ya que se ha demostrado que, cuando actúan ante la violencia, hay más probabilidades de que el alumnado la denuncie y actúe.
Las acciones valientes compartidas provocan olas de solidaridad que se extienden y crean espacios educativos seguros donde nadie tiene miedo de actuar y defender a las víctimas. Cuando se logra este clima educativo de bienestar cada vez hay menos espacio para la violencia y más espacio para las relaciones de calidad, tan necesarias para lograr las mejores trayectorias de vida en la infancia y en la juventud.
[Foto de Tim Mossholder en Unsplash]
Doctora en Educación. Durante 23 años maestra de pedagogía terapéutica y educación primaria y 8 años directora del CEIP L'Escolaica. Profesora sustituta en la Universidad de Valencia.