El derecho a la educación, a una educación de la mejor calidad, es un derecho fundamental de todas las personas. Sin embargo, el alumnado con algún tipo de discapacidad puede encontrar dificultades en sus entornos escolares para tener las interacciones diversas y de calidad que la ciencia ha demostrado que son cruciales para acceder a esa educación de calidad a la que tienen derecho.

Hace poco se publicó el trabajo “Promoting Social Interaction and Attention of Students with Disabilities through Interactive Groups”, en el que se aportan nuevas evidencias de los beneficios de los grupos interactivos para este alumnado, en este caso, referidas a las mejoras logradas en la atención y la interacción social, y particularmente en el contexto de los centros de educación especial, con una fuerte participación educativa de la comunidad, al tratarse de centros que funcionan como comunidades de aprendizaje.

El estudio se realizó en un centro de educación especial en el que el alumnado trabajaba, al menos, dos veces por semana en grupos interactivos con participación de personas adultas voluntarias de la comunidad. Para la recogida de datos, además de la observación de los grupos interactivos, se realizaron entrevistas con diversas personas adultas docentes y no docentes que participaban en las aulas y un grupo de discusión con el alumnado.

En la observación de los grupos interactivos se aprecian tres factores: la implicación en la tarea, la interacción verbal y la interacción no verbal. En las entrevistas y el grupo de discusión se atendía al desarrollo, a las cuestiones curriculares, la socialización y a otras mejoras. Se transcribieron más de 5.000 interacciones en las cuales se pudo demostrar que el alumnado mantiene la atención en la tarea durante el desarrollo de los grupos interactivos, llegando a un 87% de las interacciones referidas a la tarea, observando, escuchando o interactuando con los demás o con el material necesario para la tarea.

Las personas adultas que participan en los grupos interactivos, docentes y voluntariado, señalan especialmente la importancia de la mejora en la atención cuando el alumnado trabaja en este tipo de agrupamiento frente al trabajo individual, y la vinculan con la motivación y el compromiso con el trabajo que el alumnado muestra en los grupos interactivos. Este compromiso se relaciona también con las interacciones referidas a la prestación o solicitud de ayuda para la realización de la tarea, lo que supone una mejora notable en las interacciones sociales.

Por otra parte, tanto el profesorado como el voluntariado señalan que esas actitudes y habilidades desarrolladas en los grupos interactivos se transfieren a otros ámbitos, como los patios o los tiempos de ocio, particularmente en lo referido al autocontrol y a la capacidad de adaptación. También se señalan mejoras en el razonamiento y en los aprendizajes curriculares del alumnado.

Es muy esperanzador ver cómo, gracias a la aplicación de las evidencias en todos los campos, niveles y contextos educativos, el desarrollo de todas las personas es posible y las vidas y los aprendizajes de las personas mejoran a través del diálogo, haciendo que la educación sea más inclusiva, de más calidad y logre así acercarnos más al objetivo compartido por todos y todas de una sociedad mejor.

[Imagen: Freepik]
[Este artículo se publicó por primera vez en DF Diario Feminista, el 25 de julio de 2023]

 

 

Por Pilar Fernández

Profesora de Lengua castellana y literatura en Educación Secundaria. Profesora asociada de la Universidad de Oviedo. Presidenta de Asturias AEBE.