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Cuando reflexionamos sobre nuestras vidas, muchas personas consideramos esencial el amor. Entre sus múltiples expresiones, la investigación también destaca la gran importancia del amor romántico en la educación. Se ha analizado que, a pesar de su importancia central, dedicamos poco tiempo a educar a la infancia y juventud al respecto y ayudarles a dar sentido a sus concepciones y creencias sobre el amor.

Por otro lado, entristece la cantidad de personas que, influenciadas en gran medida por el capitalismo y el postmodernismo que se transmite a través de algunos medios de comunicación, producciones cinematográficas, series audiovisuales, propaganda, negocios, etc., han interiorizado e incluso proclaman que el amor romántico es perjudicial o bien retrógrado. Incluso movimientos y personas que abanderan “la libertad” se someten a estos discursos asociando el amor romántico a relaciones violentas, sometidas, etc. Esta asociación entre amor romántico y violencia es un vínculo no científico. La ciencia dice que las personas que disfrutan del amor y el amor romántico en sus relaciones tienen mejor salud, mayor bienestar, mayor rendimiento… Dar un mensaje contrario perjudica gravemente a los chicos y las chicas y aumenta la violencia de género.

Más allá de las mil y una formas en que las personas vivimos y disfrutamos del amor romántico, ¿qué responsabilidad tienen las escuelas en el mayor o menor fracaso de las relaciones románticas en las chicas y los chicos y ante los bulos existentes sobre el amor romántico?

Una primera cuestión a aclarar sería: ¿existe consenso en que el amor romántico solo tiene enormes beneficios para las chicas y chicos y todas las personas? Sí, la literatura científica ha respondido de diferentes formas profundizando en estos conceptos e integrando los avances que la ciudadanía y la investigación han ido realizando a la hora de crear relaciones románticas. Por ejemplo, que el amor romántico, ideal, es un amor libre y muy diverso, libre de todo tipo de violencia, desprecio o sumisión. Todos y todas podemos consultar las investigaciones de las personas científicas de mayor impacto internacional en prevención y superación de la violencia de género, y ver que ninguna sitúa sus causas en el amor romántico, sino en las relaciones violentas y ligues con desprecio, enmascaradas en ocasiones como “relaciones libres”.

Una segunda cuestión sería: ¿cómo hablamos de estos temas en las escuelas? La ciencia tiene claro que abrir espacios de diálogo de forma permanente en los entornos educativos es esencial. La investigación aporta cada vez más debate y evidencias al respecto sobre cómo hacerlo para no dejarlo en manos de los medios y el capitalismo. ¿Cómo vamos a hablar de ello las personas que vivimos y defendemos las relaciones románticas? ¿Cómo podemos abrir espacios para que puedan hablar entre ellos y ellas, chicas y chicos? Son estas preguntas hacia donde las escuelas deberíamos dirigir nuestros debates y formaciones entre el profesorado y demás agentes que inciden en la educación.

¿Qué hacen las escuelas que sí incluyen el amor romántico en la educación con rigurosidad, cuidado y libertad?

  • Formaciones intergeneracionales con personas científicas (no falsos expertos), asambleas y tertulias que hagan llegar las evidencias científicas sobre los beneficios del amor romántico, sobre los elementos claves que lo integran, sobre su enorme diversidad en las diferentes culturas, entre las diferentes personas;
  • no caen en los engaños del capitalismo que atribuyen la violencia y la sumisión al amor;
  • ayudan a que chicos y chicas, desde muy temprana edad, hablen  entre iguales sobre la existencia del amor romántico y sus contribuciones maravillosas a la superación de relaciones violentas y con desprecio;
  • tratan de que emerjan sus voces, sus deseos, y creen relaciones en las que puedan compartir el sentimiento del amor en mil y un estilos, identificando y construyendo una mirada crítica ante todas las coacciones que sufren.

Todos estos diálogos les protegen y tienen un impacto crucial en las relaciones que viven, así como en la capacidad de crear y vivir el amor romántico en el futuro.

[Imágenes: iStock]

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Por Esther Roca

Durante 12 años, maestra de educación especial y asesora de educación inclusiva en la Generalitat Valenciana. Actualmente, profesora de la Universitat de València. Sus líneas de investigación incluyen las Actuaciones Educativas de Éxito en diversidad de grupos sociales y etapas de aprendizaje, la formación docente, la inclusión educativa y la socialización preventiva de la violencia de género.