En este periódico se ha hablado mucho sobre tertulias literarias dialógicas (TLD). Es una de las actuaciones educativas de éxito recogidas en el Proyecto Includ-Ed. No pretendemos aquí explicar los beneficios y resultados de las tertulias literarias dialógicas sino el procedimiento, sobre el que podrás consultar más aquí.
Se aplican en cualquier edad, sin importar nivel lector o conocimiento literario:
- Hay docentes que las aplican desde infantil 3 años o incluso antes,
- en primaria,
- secundaria,
- la universidad;
- y hay grupos de personas adultas de cualquier edad disfrutando esta genial experiencia fuera y dentro del ámbito educativo: como este grupo, este otro o este en euskera.
Lo primero y esencial es formarnos rigurosamente para aplicar esta actuación con éxito, ya que recoge diversidad de factores meticulosamente investigados. Es imprescindible conocer las indicaciones científicas de cómo se hacen las TLD y por qué se hacen así; conocer los fundamentos en los que se basa. Sin esto no sabremos cómo actuar, cómo dinamizar la tertulia y los diálogos que en ella pueden brotar. También es muy recomendable visitar centros o aulas donde implanten TLD correctamente. Asimismo, debemos informar a los y las familiares y formarles para que sepan cómo y por qué preparar con su niño o niña la lectura. Incluso para que participen de voluntariado en la tertulia. Una vez hemos proporcionado esa información y formación, podemos ponernos en marcha.
Antes de la tertulia:
- Debemos partir de un libro del listado de clásicos universales patrimonio de la humanidad. En otros artículos ya hemos explicado por qué elegir estos libros y no otros. En resumen, la razón es que ofrecen los mejores resultados en todos los sentidos. Se acuerda y elige el libro, si es posible, en diálogo con el alumnado.
- Elegimos adaptaciones fieles a los originales para aquellas edades que lo precisen, como infantil o ciclos de primaria. No hay que olvidar las altas expectativas: siempre hay que buscar una adaptación con un nivel de complejidad un poco superior al del alumnado, para así incentivar su esfuerzo y la necesidad de dialogar sobre la lectura con otras personas para su mejor comprensión.
- Se acuerdan los capítulos o el número de páginas para realizar la primera tertulia. Se acuerda también el día de la tertulia. Se realiza, generalmente, una tertulia semanal.
- En casa, los y las menores se preparan la lectura con ayuda de una persona adulta o alguien responsable más capaz (familiares, amistades, etc.). En etapas donde el alumnado todavía no lee (o quienes lo precisen sea la edad que sea), se les puede leer la parte acordada antes de llevarla a casa para prepararla.
- Cuando en casa se preparan la lectura con alguien, es esencial el diálogo. Las personas adultas deben incitarles, con preguntas, a reflexionar sobre lo leído, que extraigan conclusiones: qué les ha parecido, qué han sentido, qué opinan de las actuaciones de los personajes, etc.
- Se subrayan o anotan el fragmento que más les haya llamado la atención (por el motivo que sea) y escriben el motivo, el porqué, su reflexión.
El día de la tertulia:
- Ubicaremos al alumnado en círculo u otra disposición de modo que toda persona pueda verse bien la cara.
- Una persona hará de moderadora. En principio será el o la docente quien modere, aunque dependiendo de la edad podemos ir capacitando al alumnado para que sea capaz de moderar bajo nuestra supervisión. Quien modera se encarga de:
- recordar, antes de empezar, los principios que se tendrán en cuenta en todo momento, que incluyen respeto y solidaridad;
- anotar a aquellas personas que hayan traído algún extracto reflexionado para compartir;
- asegurar que se cumplan los principios, el respeto absoluto en los diálogos e intervenciones;
- priorizar el turno de aquellas personas que menos hayan hablado o menos suelan participar;
- animar y motivar a la participación, reflexión y diálogo.
- La persona moderadora da turno a la primera intervención: el niño o niña sitúa al resto y lee el fragmento que le llamó la atención. Seguidamente, explica por qué y su reflexión. Tras ello, si alguien quiere añadir alguna idea a la reflexión, el moderador lo anota y le da turno. Aquí se puede abrir un debate sobre la idea aportada; siempre pidiendo turno (por ejemplo, levantando la mano) y siendo la moderadora o moderador quien vaya dando voz.
- Irán hablando por turnos así hasta que todos y todas hayan leído y comentado el fragmento que traían preparado para compartir. Es importante aquí controlar el tiempo con cuidado, porque no pueden quedarse intervenciones preparadas de casa sin compartir. Si hay que abreviar porque se acaba el tiempo, no se eliminarán intervenciones preparadas sino que se acortarán las reflexiones de otro alumnado sobre las mismas (de quien más haya hablado) o se pedirá brevedad en las intervenciones, recordando el principio de solidaridad. Esos debates que surgen, si se van a alargar demasiado, se pueden reservar y continuar en otro momento.
- Se acuerda las próximas páginas o capítulos a leer y preparar para la siguiente tertulia y se establece también el día.
Dejaré la conclusión que una alumna de 3º de primaria escribió en un texto argumentativo que decidió hacer sobre las tertulias dialógicas:
“¡Haz tertulias! Son geniales porque aprendes muchas palabras nuevas, hablas de un montón de cosas, hay respeto y aprendes de otra gente.”