La inclusión es un término vigente en la sociedad actual, escuchamos continuamente expresiones como “lenguaje inclusivo”, “visión inclusiva” o “educación inclusiva”. Sin embargo, no sabemos realmente qué significan estas expresiones. En este artículo, me gustaría reflexionar sobre este término y compartir mi experiencia de los últimos años.
Durante los últimos ocho cursos he trabajado en un instituto de educación secundaria cuyo referente es la inclusión, lo que me ha permitido vivir un proceso de transformación y cambiar mi visión como docente y de la comunidad educativa. Quiero contextualizar mi reflexión desde una visión sistémica y sociocomunitaria y focalizarla en los estudiantes con trastorno del espectro autista (TEA) de los que soy tutora. Estos alumnos a menudo se enfrentan a desafíos únicos en la educación secundaria.
Los alumnos TEA de nuestro centro comparten los mismos objetivos generales que el resto de los alumnos. Los podemos concretar en dos: desarrollar al máximo sus capacidades y lograr la máxima excelencia y calidad de educación para todos. Para ello, se planifica el proceso de enseñanza-aprendizaje de los alumnos TEA de manera que no queden lagunas, ya sean curriculares o específicas de los TEA.
A la hora de valorar de qué manera influye la educación inclusiva en nuestros alumnos, debemos hacerlo desde datos objetivos, cuantificables y priorizando los resultados académicos. No debemos caer en el tópico de “lo importante es que sean felices”, ya que la felicidad debería ser importante para todos los alumnos y no solo para los más vulnerables.
Nuestra presencia como especialistas en los alumnos TEA se hace presente en todos los elementos de esta visión sistémica en la que se organiza el centro educativo. En esta organización, destaco tres pilares básicos que sirven para dar respuesta a las necesidades y retos a los que se enfrentan los alumnos y las familias: la comisión mixta de sensibilización, la coordinación con los equipos docentes y las actuaciones educativas de éxito, como las tertulias literarias, los agrupamientos heterogéneos, los grupos interactivos y la formación a las familias.
Los nuevos profesores que llegan cada curso saben que llegan a un IES que es comunidad de aprendizaje, y ya en septiembre se realizan formaciones para que puedan incorporarse con éxito a lo que ello supone. Las evidencias científicas tienen un papel fundamental en esta formación. La educación es un elemento clave para toda la sociedad, y por tanto debemos regirnos por estas evidencias y no improvisar desde el desconocimiento de lo que puede funcionar o no.
Psicólogos como Vygotsky afirman en sus contribuciones que aprendemos a través de la interacción con los demás y mediante la heterogeneidad, contextualizando así la organización del centro. Por lo tanto, los alumnos con TEA se distribuyen en las aulas ordinarias, asignándole un grupo de referencia a cada uno. El tiempo nos ha dado la razón, ya que formar parte de un grupo de referencia ha enriquecido tanto al grupo como a estos alumnos.
Voy a concretar cuáles son los beneficios más significativos:
- Aumento significativo en sus habilidades sociales y emocionales.
- Mayor conocimiento de las fortalezas y debilidades de cada uno.
- Fomento de valores proactivos.
- Aceptación de las diferencias y enriquecimiento a través de ellas.
Continuando con mi reflexión, quiero hacer referencia a un elemento muy importante en la organización del centro: la codocencia. Sin embargo, puedo decir que, cuando empezamos con la codocencia hace ya bastantes años, encontramos resistencia, lo cual es normal, ya que podíamos sentirnos vigilados, juzgados y evaluados. Pero si hacemos una valoración después de estos años, sin duda hay que decir que ha sido muy positiva para nosotros, como recursos especializados, para nuestros compañeros del equipo docente y especialmente para los alumnos, que así nos lo hacen saber cuando les preguntamos su opinión y valoración.
Parte fundamental del impacto tan positivo que ha tenido la inclusión en los alumnos TEA ha sido la coordinación diaria y continua que tenemos con el equipo docente. Compartir la responsabilidad de estos alumnos empieza ya en el mismo momento en que comienza el curso. Realizamos una evaluación inicial conjunta y, a partir de ahí, se planifica todo el proceso. Compartimos responsabilidades en cuanto a la tutoría, programación multinivel, anticipación de las actividades de las tertulias literarias y grupos interactivos, evaluación trimestral, documentos e intercambio de información.
En coordinación con los profesores de área, ajustamos la programación multinivel con los mismos materiales curriculares que el resto de sus compañeros. El DUA (Diseño Universal del Aprendizaje) es un recurso en la elaboración de esta programación. La mayoría de nuestro alumnado TEA son pensadores visuales y, por tanto, utilizamos aplicaciones, apps y tabletas que les facilitan el acceso y son un soporte para compensar el déficit que tienen en la función ejecutiva (atención, planificación, gestión del tiempo, etc.).
Las actuaciones de éxito de las que forman parte las tertulias literarias y los grupos interactivos, para los alumnos TEA, han contribuido significativamente porque una narrativa compartida implica una mejora en la comprensión lectora, habilidades de comprensión, planificación, expresión escrita, elaboración de síntesis de contenidos, capacidad de organización y gestión del tiempo, capacidad de atención y concentración en la tarea, habilidades psicomotrices de la escritura y toma de decisiones e iniciativa para resolver las dificultades que se presentan en la tarea.
Los grupos interactivos facilitan el acceso al currículo ordinario general y proporcionan una mayor implicación en las actividades de aprendizaje, ya que suponen una mayor carga emocional al sentirse parte del grupo, lo que lleva a un progreso en el aprendizaje con una participación normalizada en el aula. El aprendizaje es social y se accede a la vida intelectual y emocional en interacción con el resto de compañeros y profesores.
Para valorar el impacto que ha tenido en estos alumnos compartir el proceso de enseñanza con el resto de alumnos, es necesario concretar, registrar y valorar los principales resultados obtenidos. Entre ellos, se encuentra el hecho de que compartan el currículo ordinario, lo que elimina el estigma de estar siempre repitiendo un mismo currículo curso tras curso y, con ello, se evita una falta de motivación por su parte y una pobre imagen de sí mismos y baja autoestima.
Siguiendo en mi reflexión, en todas las áreas de aprendizaje hay aspectos en los que son muy competentes, y debemos saberlo, registrarlo y aprovecharlo siempre que sea posible, para que todo el grupo lo pueda visibilizar, ya que por lo general tendemos a focalizar en sus dificultades. Los beneficios de la programación multinivel ya mencionada incluyen la planificación del DUA y el compartir el material curricular según le corresponde por curso. También comparten con el resto de compañeros las normas, responsabilidades y actividades extraescolares, es la mejor manera para que se construyan verdaderas relaciones de grupo. La cotutoría entre los equipos de UECO (unidades específicas en centros ordinarios) y el grupo de referencia son fundamentales a la hora de cohesionar el grupo, ya que en ese espacio se trasciende lo curricular para llegar a construir verdaderas relaciones entre iguales.
Aunque el alumnado pasa la mayor parte de la jornada escolar en sus aulas de referencia, es fundamental prestarles atención diaria, personalizada y especializada a cada uno según sus necesidades. El equipo de UECO está presente en sus demandas y necesidades, y se les ofrece un espacio de trabajo más tranquilo cuando lo necesitan. En ese espacio, hay una organización y seguimiento de su trabajo. La anticipación es una de las funciones más importantes del equipo UECO para que puedan participar y finalizar con éxito las actividades.
Un último elemento clave para el éxito en nuestro centro es la relación que establecemos con las familias y su implicación en todo el proceso educativo. Por tanto:
- Establecemos relaciones de diálogo igualitario con las familias y no actuamos como expertos que sabemos y les decimos continuamente lo que deben y no deben hacer. De esta manera, se fomenta un clima de confianza.
- Respetar su historia de vida.
- Mantener altas expectativas, ya que las expectativas elevadas por parte de la familia tienen consecuencias visibles en el día a día
- Coordinar y comunicar diariamente mediante la agenda.
- Fomentar la participación en el voluntariado de grupos interactivos, la asociación de madres y padres de alumnos (AMPA), el Consejo Escolar y la formación de las familias.
Por último, no hay que olvidar que formamos parte de una sociedad y de un contexto concreto, y que debemos construir y facilitarles redes sociocomunitarias con el entorno, y es por ese motivo por el que hemos establecido relaciones con la Universidad Politécnica, hemos asistido a talleres para despertar la motivación en algunos de nuestros alumnos con Asperger, las asociaciones de la comarca nos abren sus puertas a talleres, jornadas, cursos, convocatorias para participar en concursos, grupos de fin de semana…
Quiero terminar con una cita de Bruner (2013):
He llegado a la conclusión de que cada vez más claramente la mayor parte del aprendizaje, en la mayoría de los entornos, es una actividad realizada en común.