Las reformas de los planes de estudio suponen una oportunidad extraordinaria para su revisión y para acometer la mejora de aquellas cuestiones que requieran de un cambio. Estos procesos de reformas han sido un tema clásico en el campo de la sociología de la educación por parte de muchos sociólogos y sociólogas sin cuyas investigaciones y análisis no tendríamos las evidencias necesarias que nos permiten, por ejemplo, llamar la atención sobre la ausencia de algunos grupos sociales en el currículo educativo como reflejo de su escaso peso y presencia en la sociedad.

Así las cosas, llama poderosamente la atención la ausencia de contenidos sociológicos en la propuesta de reforma de los grados de educación primaria y educación infantil que el Ministerio de Educación ha puesto sobre la mesa y que se encuentra en trámite de información pública. La sociología de la educación es una disciplina que estudia los procesos educativos desde una perspectiva social, examinando la influencia que factores como la cultura, la estructura social, las instituciones y las relaciones de poder tienen en la educación. La formación inicial del profesorado de educación infantil y primaria es un campo en el que es especialmente relevante. Citaré algunas de sus aportaciones: 

  1. Ayuda a los futuros maestros y maestras a comprender la influencia que el contexto social tiene en la educación. Por ejemplo, puede analizar cómo la estructura social de una comunidad o la cultura de una sociedad pueden afectar a los estudiantes y a sus oportunidades educativas.
  2. Contribuye a analizar los procesos de socialización, es decir, cómo los individuos aprenden los valores y normas sociales. En la formación inicial del profesorado esta perspectiva permite entender cómo las instituciones educativas pueden ser herramientas de socialización y cómo pueden utilizarse para promover una sociedad más justa e igualitaria y en la socialización preventiva de la violencia de género
  3. Es imprescindible para abordar la diversidad cultural. En la formación inicial del profesorado, esta perspectiva ayuda a desarrollar estrategias para trabajar con estudiantes de diferentes orígenes culturales.
  4. Facilita la reflexión sobre las desigualdades educativas. La sociología de la educación también se ocupa de las desigualdades educativas y de cómo la estructura social puede influir en el rendimiento académico de los y las estudiantes. En la formación inicial del profesorado, esta perspectiva puede ayudar a los futuros docentes a desarrollar estrategias para reducir las desigualdades educativas y promover la igualdad de oportunidades y la movilidad social.
  5. Contribuye al análisis de las políticas educativas y de cómo éstas pueden influir en la educación. En la formación inicial del profesorado, esta perspectiva puede ayudar a comprender cómo las políticas educativas pueden afectar a sus prácticas docentes y cómo pueden abogar por políticas educativas más justas y efectivas.
  6. Facilita el desarrollo de una conciencia crítica en torno a la educación, es decir, una capacidad para analizar y reflexionar sobre la educación desde una perspectiva social. En la formación inicial del profesorado, esta perspectiva puede ayudar a los futuros docentes a desarrollar una conciencia crítica y a cuestionar las prácticas educativas que no promueven la justicia social y la equidad.

Estas son algunas de las aportaciones de la sociología de la educación en la formación de los futuros maestros y maestras. Resulta difícil entender que no se considere relevante incluirla en su formación. El proceso de reforma ha comenzado y hay tiempo para subsanar este error que supondría una carencia importante en la formación inicial del profesorado con consecuencias para su alumnado.

[Imagen: Freepik]

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Por Beatriz Muñoz

Universidad de Extremadura