El próximo día 13 de enero tenemos la oportunidad de acercarnos a las mejores evidencias de impacto social sobre género con la charla online y gratuita de Lidia Puigvert (catedrática de Sociología de la Universidad de Barcelona), titulada “Evidencias contra bulos en temas de género para una socialización preventiva de la violencia”.
La insistencia en partir de las evidencias en las escuelas se debe a que lo contrario genera fracaso escolar y nos aleja muchísimo, si hablamos de cuestiones de género, de los objetivos de igualdad, de coeducación y de erradicación de la violencia de género. Basarse en falsas creencias y bulos debilita nuestro sistema educativo y nos aleja también del objetivo de una escuela pública universal, diversa y de calidad para el éxito y el bienestar de todos y todas.
En mis 30 años de docencia he coincidido con muy pocos compañeros y compañeras que no quisieran lo mejor para todo su alumnado y, por lo que respecta al género y las relaciones afectivosexuales, la mayoría compartimos los objetivos de la coeducación; sin embargo, a un mismo tiempo, no es raro ver la incomodidad, insatisfacción y desencanto a la hora de afrontar estos temas. Frente al lenguaje de la posibilidad surge el lenguaje de la queja en reuniones de tutores y tutoras, en salas de profesorado o en la cafetería tras sesiones desagradables y conflictivas sobre estos aspectos en las aulas. No es raro tampoco ver el malestar por tener que afrontarlos sin la formación adecuada, o porque vienen a impartirla personas ajenas a los centros que, aun teniéndola, desconocen las dinámicas básicas de un centro escolar y de un aula con 25 o 30 adolescentes.
Esta sensación de malestar, desencanto e insatisfacción (que afecta incluso a las personas que desde hace años dirigen con qué y cómo afrontar las desigualdades de género basándose en falsas creencias) ha llevado de manera injusta a crear, como muchas veces ocurre cuando no se aplican las actuaciones que aseguran la mejora, un clima en el que se extienden las culpas del fracaso a todos los sectores: alumnado, familias, docentes… Este clima que generan es lo que debilita mucho la escuela pública, y detrás de ello está el hecho de obligar a aplicar intervenciones basadas en bulos que, lejos de mejorar las cosas, las empeoran.
La buena noticia es que la ciencia ha identificado ya claramente qué es lo que genera mejora en educación, qué cuestiones es conveniente tratar en las aulas en temas de género y cómo, para lograr entornos seguros que nos permitan avanzar en igualdad, en no violencia, en apoyo a las víctimas… También han identificado qué bulos llevan años impidiendo mejoras importantes y provocando que algunas cosas empeoren. Una noticia mejor todavía es que cada vez más docentes y centros tienen acceso a las evidencias, las conocen y las ponen en práctica.
El año pasado tuvimos la suerte de contar en Asturias con la 1ª Jornada de Coeducación basada en Evidencias de Impacto Social. En esta jornada abierta y gratuita pudimos conocer cuáles son las actuaciones (tertulias dialógicas, modelo dialógico de prevención y resolución de conflictos, club de valientes violencia cero, etc.) que están generando mejoras en múltiples contextos (escuelas, institutos, centros de acogida, Universidad…), y las evidencias que más están contribuyendo a la mejora: conceptos como “violencia de género aisladora” (legislada ya por unanimidad en los parlamentos vasco y catalán), «espejismo del ascenso” o “discurso coercitivo”, la perniciosa socialización (en especial de los y las jóvenes) bajo la influencia de un capital depredador que une atractivo y violencia, etc. Son contenidos y actuaciones que ya han demostrado lograr una socialización preventiva de la violencia de género y que ayudan a las víctimas a dejar de serlo y pasar a ser supervivientes, reconstruyendo su memoria con la amistad y el apoyo de otras personas, con herramientas que las hacen más fuertes en entornos seguros que llevan a la igualdad.
Estamos obligados a abandonar las malas prácticas que han generado falta de mejora e involución en muchos aspectos en temas de género. Debemos buscar medios para integrar las evidencias científicas en las políticas y programas que se intentan aplicar y, en su defecto, actuar como intelectuales transformadores para aplicar las evidencias y no las ocurrencias en las aulas por el bien de los niños, niñas y adolescentes, por sus familias, por el profesorado y por toda la sociedad en general, para lograr una escuela universal y de calidad para la mejora de todos y todas.
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Profesor de enseñanza secundaria. Catedrático de Lengua castellana y literatura. Miembro fundador de Asturias AEBE.