Después de 23 años en la escuela, el 30 de septiembre de 2020 me jubilé. He trabajado en diferentes centros de la provincia de València y de Castellón, siendo en el CEP Rei en Jaume de Tavernes Blanques el último destino, donde también fui director durante ocho años. Siempre he sido un maestro inquieto convencido de que la formación tenía que ser permanente. Junto con un grupo de compañeras y movidos por el interés de mejorar el funcionamiento de nuestro centro, formamos parte del seminario de València «A hombros de gigantes» durante unos cuantos años. Desde el primer momento nos atrapó el funcionamiento de este seminario y lo que allí aprendimos no dudamos en ponerlo en funcionamiento con nuestro alumnado.

Concretamente, en mi área, una de las mayores ilusiones en aquel momento era incorporar las tertulias dialógicas musicales con mis alumnos y alumnas, desde primero a sexto de primaria. La audición activa siempre ha sido una práctica habitual en mis clases, pienso que igual que para el resto de maestros de educación musical; pero las tertulias dialógicas musicales iban más lejos. Era otro enfoque donde el análisis musical, el conocimiento y la puesta en común, las sensaciones y las ideas eran fundamentales. Era establecer un diálogo sobre una obra clásica.

A la hora de organizar esta actuación de éxito han sido muchas las dudas. Para la tertulia literaria dialógica había bastante material bibliográfic, estábamos bastante documentados y ya habíamos arrancado con suficiente seguridad. Pero con las tertulias musicales no era así. Por lo tanto, con estas aportaciones y con los principios del aprendizaje dialógico, nos pusimos manos a la obra y teníamos muy claro que todos y todas íbamos a descubrir nuevos puntos de vista de las obras musicales clásicas.

Durante unas semanas estuvimos haciendo pequeñas audiciones de diferentes obras clásicas, puesto que me resultaba muy complicado empezar de golpe a hacer una tertulia. Aprovechamos la ocasión para presentar sencillos conceptos musicales y algunas pautas sobre cómo escuchar música y en qué nos podíamos fijar para después poder opinar sobre la música. Descubrimos que estas audiciones despertaban muchas curiosidades.

Entre las dudas o dificultades que se nos presentaban estaba cómo poder hacer la audición individual de las obras. Nos encontrábamos con el problema de que no todo el alumnado tenía posibilidad de escuchar la música en casa por no disponer de reproductores adecuados. Entonces, decidimos hacer la audición en la misma aula de música.

La selección de obras la hacíamos en la asamblea de clase, que realizábamos una vez en el mes en cada grupo. Se hacía una selección de cinco obras, por cursos, y entre todos y todas seleccionábamos la que utilizaríamos en cada sesión (si la obra tenía distintos movimientos, que era lo más habitual, elegíamos uno de ellos).

Antes de la audición se explicaba cómo íbamos a realizar la actividad, que era de este modo:

  • Repartimos una hoja para tomar notas (cada cual trae su lápiz y borrador).
  • Nos sentamos en círculo, relajados y con actitud de escucha.
  • Escuchamos la música tomando nota de aquello que nos llama la atención y que comentaremos después. Los más pequeños dibujaban o pintaban lo que les sugería aquello que habían escuchado y después lo compartían con el grupo. Ya habíamos hecho muchas audiciones en las que tenían que pintar según lo que escuchaban.
  • Empezamos la tertulia. La estructura de funcionamiento es la misma que en las tertulias literarias. El moderador podía ser cualquier participante que conociera su funcionamiento pero, al principio, lo hice yo hasta que el resto aprendía cómo hacerlo. Era importante insistir en que se tuvieran en cuenta los principios del aprendizaje dialógico y el respeto por el turno de palabra. Además, a la hora de dar el turno de palabra, se tenía que tener en cuenta dar prioridad a aquellos alumnos y alumnas que participaban menos, para promover la participación de todos y todas.

El día de la tertulia, tendrían que llenar una ficha sobre la audición de una manera parecida a como lo hacíamos en las tertulias literarias dialógicas, pero con una diferencia bastante significativa: en nuestra tertulia musical se pretendía que tomaran nota de los aspectos básicos de la audición y, durante el transcurso del tiempo y la realización de más tertulias, iríamos ampliando. En un principio utilizábamos los siguientes apartados orientativos: nombre de la obra y autor, sensación cuando lo escucho, intensidad de los sonidos (forte, piano) e instrumentos que se escuchan… Además, habíamos elaborado una hoja de registro para el seguimiento de las tertulias con los siguientes apartados: listado de alumnado donde registrábamos la asistencia, observaciones de participación y anotaciones de aquellas ideas que iban compartiendo.

En un momento posterior a la tertulia, se realizaba un trabajo de investigación sobre la obra escuchada, el autor, los instrumentos, etc., organizado en grupos interactivos si había voluntariado, o en pequeños grupos en caso contrario. Cada grupo exponía su trabajo al resto de la clase. Con el tiempo, se decidió invertir el orden y realizar primero la investigación sobre la obra, preparando un texto con la información recopilada que los alumnos y alumnas leían antes de la sesión. El funcionamiento era el mismo que en la preparación de la tertulia literaria. En la sesión siguiente, se realizaba la audición y la tertulia musical. De este modo parecía que se realizaba la tertulia musical con más motivación y con más recursos para poder hablar sobre la obra que se escuchaba.

La valoración que hacemos de estas tertulias es muy positiva. Encontramos que con ellas se consigue romper la idea de que hay músicos y no músicos, personas aptas para la música, música para unos privilegiados, y otros tipos de música más popular. Todos y todas podemos disfrutar y opinar sobre la música. Contamos con un repertorio musical extraordinario que nos hace emocionarnos, viajar por el tiempo, conocer historias fantásticas, soñar despiertos… poniendo al alcance de todos los niños y niñas la música clásica. Partiendo del aprendizaje dialógico, todos y todas podemos opinar sobre la música de una manera igualitaria, en la que el bagaje personal y cultural de cada cual contribuya a superar barreras sociales y culturales. El acceso al repertorio de música clásica no se limita a los que poseen conocimientos musicales. Estas audiciones y tertulias dialógicas musicales tienen que ser un espacio de relación, intercambio y aprendizaje en comunidad donde, además de música, se hable de los temas más diversos. Y que, además de disfrutar de la música, podamos descubrirla, analizarla, dar nuestra opinión y compartirla.

[Desde la comisión de maestras de música de la tertulia pedagógica dialógica A hombros de gigantes de València, compartimos estos materiales y artículos sobre tertulias musicales que podéis consultar.]
[Imagen: fotografía de aula del autor]
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Músico y maestro jubilado. Director durante ocho años del CEP Rei en Jaume de Tavernes Blanques