Crear entornos seguros en nuestros centros educativos

En anteriores artículos de esta serie sobre la prevención del abuso sexual infantil (ASI), se han hecho propuestas de trabajo con herramientas como las tertulias dialógicas (TD). También se ha hablado de la necesaria formación rigurosa en nuestros claustros para asegurarnos de que los bulos no estén presentes, ya que puede haber consecuencias muy graves. 

En el artículo de hoy ponemos el foco en la importancia de preparar a los claustros para prevenir el abuso sexual infantil mediante un protocolo establecido para ello, haciendo de la escuela un entorno seguro y procurando la detección de cualquier indicador si a alguien de nuestro alumnado le estuviera ocurriendo fuera de la misma. El artículo científico Barriers and facilitators to disclosing sexual abuse in childhood and adolescence: A systematic review señala que el hecho de que se les pregunte (o incite, mediante el suministro de información adecuada para su desarrollo) sobre el abuso sexual facilita la revelación.

Las víctimas de ASI han pasado por centros educativos donde, si se hubiera detectado, es muy probable que su sufrimiento hubiera sido menor o se podrían haber paralizado los abusos, lo cual tiene una repercusión tremenda en su vida a corto y largo plazo. Afortunadamente, ya hay centros educativos que han iniciado este trabajo de concienciación, formación y creación de entornos seguros, basándose en lo que dicen las evidencias científicas de impacto social.

Hay algunas preguntas que podemos hacernos para empezar a ser conscientes de si realmente en un centro educativo se está trabajando por la prevención del ASI y la creación de un espacio seguro: 

  • ¿Nuestro centro es un espacio seguro?
  • ¿Conocemos actuaciones que previenen el ASI?
  • ¿Tenemos establecido un protocolo de actuación ante la detección de un caso de ASI y lo conoce todo el claustro?
  • ¿Hemos hecho alguna formación o debatido algún artículo en tertulia pedagógica dialógica con el claustro o con la comunidad educativa? 

El primer paso es entender qué es el abuso, ya que en la mayoría de las ocasiones es un tema tabú, tanto en el claustro como en otros lugares. Además, el cambio de ciertas actuaciones para promover ese espacio seguro es algo que quizá no se ha planteado o puede suponer un choque a lo establecido o socialmente aceptado. Es necesario que se hable y se conozca que existen el abuso de poder y el abuso de confianza, factores que son de riesgo y están presentes en el ASI. También es algo muy común que el alumnado no sepa lo que es el ASI, de manera que resulta más vulnerable a sufrirlo.

¿Qué es un entorno seguro? Es aquel en el que cualquiera de las actividades que se desarrollan y las relaciones que se establecen están encaminadas a fomentar el bienestar de la persona, potenciar el buen trato y garantizar el respeto. Para conseguir este entorno seguro en las escuelas, el primer paso es la formación rigurosa del profesorado. También la formación del alumnado mediante TD ayudará a conseguir que detecten cualquier situación de manera temprana. Además, hay acciones que implican pequeños cambios y que pueden ser preventivas, como, por ejemplo, no quedarse a solas con un menor en una sala con la puerta cerrada o evitar actuaciones como que se sienten encima del adulto de confianza (maestro, monitor, estudiante de prácticas…).

Está en manos de nuestras comunidades educativas conseguir erradicar el ASI en las escuelas y detectar lo que ocurre fuera de ellas.

[Imagen: Freepik]
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Maestra de infantil y primaria. Diploma de Posgrado en Cultura, Lectura y Literatura para niños, niñas y jóvenes