Desde Periódico Educación publicamos una serie de recomendaciones para la prevención del abuso sexual infantil (ASI). Somos conscientes, tal y como demuestran las evidencias científicas de impacto social, de que es necesario y urgente tener presente este problema, es por ello que tenemos el compromiso de posicionarnos en contra siempre.
En los cinco artículos anteriores sobre prevención del ASI, hemos reflejado la importancia de crear contextos seguros para el alumnado en los centros educativos. Es necesario que se consiga en todos los espacios donde la infancia se desarrolla, tanto de educación formal como no formal. El ASI puede ocurrir en cualquier lugar.
Hoy nos centramos en la importancia de formar parte de una comunidad de upstanders, es decir, personas que siempre se posicionan para apoyar a las víctimas. En muchos centros, desde hace tiempo, se implementa el Club de valientes violencia cero, una actuación de éxito efectiva para crear esos contextos seguros libres de todo tipo de violencia, también de la sexual. Se fomenta una red de apoyo entre iguales, ayuda a que el alumnado se atreva a romper el silencio y denuncie situaciones de violencia, ya sea en la escuela, en el hogar o en otros entornos. Siempre hay un posicionamiento activo contra el agresor y se protege a la víctima.
A continuación, resaltamos algunas claves del artículo científico The zero violence brave club: a successful educational action to overcome isolating gender‑based violence with young adolescents:
- Las personas participantes han reconocido que el club de valientes (CdV) violencia cero les ayuda a actuar en defensa de las víctimas porque se sienten seguras para denunciar y rechazar esta violencia.
- La importancia de la intervención de los testigos, la participación de la comunidad y la protección de las víctimas son factores protectores que favorecen la prevención de la violencia de género en las escuelas.
- Se observa que el CdV crea alianzas entre defensores que se unen para proteger, rompe alianzas con los agresores al rechazar la violencia por el bien común y promueve la rápida identificación de la violencia.
- Se crean entornos más seguros para denunciar las agresiones, donde el alumnado se ha sentido con la valentía y la seguridad necesarias para informar.
- Todo esto podría ser útil en otros contextos educativos no formales, como campamentos de verano, clubes deportivos o actividades extraescolares.
Por último, hay que tener en cuenta que las agresiones sexuales también se cometen entre iguales, es decir, entre niños y niñas menores, de la misma edad o no. No por ser entre menores son menos importantes. Ni son juegos, ni es exploración. Es importante no caer en la justificación. Es agresión. Esto tiene que quedar claro para que de verdad la escuela sea un lugar seguro y que el propio alumnado detecte lo que está ocurriendo, ayude y pida ayuda.
La infancia tiene derecho a crecer libre y segura. Es nuestra obligación poner a su alcance las evidencias que nos muestran la mejor forma de erradicar la violencia de cualquier tipo, como hace el club de valientes violencia cero.