Entornos interactivos en centros de educación especial

Mireia Barrachina y Cristina Pérez-Manglano

Aunque sabemos que los centros inclusivos benefician al aprendizaje del alumnado con NEE, también conocemos niños y niñas que por sus necesidades hoy en día están mejor atendidos en centros de educación especial (CEE) y así lo solicitan las familias. Garantizar expectativas altas y entornos interactivos no depende del tipo de escuela —ya sea ordinaria, aula específica o CEE—, sino del compromiso en aplicar las evidencias científicas de impacto social para todos y todas, sin distinción. 

La calidad de las interacciones educativas juega un papel crucial en el desarrollo del alumnado, especialmente en los centros de educación especial. El enfoque dialógico propone sustituir prácticas reproductoras de desigualdades por interacciones de calidad que aceleren los aprendizajes, garantizando dinámicas inclusivas y enriquecedoras para todo el alumnado, especialmente para aquellos con NEE. Para ello, un elemento clave son las altas expectativas a la hora de realizar las adaptaciones curriculares. Las expectativas docentes marcan vidas: si el profesorado no cree que el alumnado pueda adquirir importantes aprendizajes instrumentales, dejará de ofrecerle oportunidades y no podrán alcanzar su máximo potencial. 

El artículo científico Interactive Learning Environments for the Educational Improvement of Students With Disabilities in Special Schools demuestra cómo la creación de entornos interactivos de aprendizaje en un CEE, mediante la reestructuración de los recursos existentes, genera transformaciones de interacción en el aula que mejoran el comportamiento y el aprendizaje del alumnado. Algunas claves principales que se resaltan en este artículo y que nos pueden ayudar para transferirlas a nuestros contextos con alumnado con NEE son: 

1. Creación de un entorno de aprendizaje interactivo en educación especial

Esto se hace posible mejorando la riqueza de las interacciones dentro de la diversidad existente, creando grupos heterogéneos en cuanto a necesidades, capacidades, etc. y con la presencia de más adultos, con roles más diversos y con una capacitación previa, para apoyar el aprendizaje del alumnado y aprovechar al máximo las interacciones. Todo ello con una instrucción cuidadosamente diseñada y una evaluación sistemática.

2. Transformación de los patrones tradicionales de interacción en el aula, mejores condiciones para entornos de aprendizaje solidarios

Aumentar las interacciones de apoyo dentro de los grupos y fuera del aula cambia el patrón de interacciones de las y los estudiantes, mejorando las habilidades comunicativas y el aprendizaje instrumental.

3. El progreso de los docentes en su rol profesional

El lenguaje de la posibilidad es ahora el que prevalece, y no el de la queja, centrándose en la mejora de la educación para un progreso adecuado. Las tertulias pedagógicas dialógicas proporcionan este lenguaje de la posibilidad, facilitando que el profesorado dialogue “con el libro en la mano”, accediendo directamente al conocimiento científico de más alto nivel sobre educación para transferirlo al aula. 

Este modelo no solo mejora los aprendizajes académicos del alumnado con NEE, sino que también fomenta relaciones de amistad y su sentido de pertenencia a la comunidad. La clave son las altas expectativas, siempre con las evidencias científicas que han demostrado más éxito para conseguir los mejores resultados tanto en el aprendizaje instrumental como emocional, en sentimientos y valores. Algunas escuelas de educación especial ya han demostrado que esto es posible, superando los complejos desafíos y limitaciones que enfrentan los y las profesionales, creando mejores condiciones para el aprendizaje y el desarrollo.

Mireia Barrachina y Cristina Pérez-Manglano
[Imagen: Freepik]
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