Hasta el siglo XVI, la pintura y la escultura no eran consideradas artes, sino trabajos manuales. Ninguna de las nueve musas se dedicaba a estas actividades. En la Grecia clásica, a menudo eran realizadas por esclavos. Incluso La Nascita di Venere no fue idea de Botticelli; tuvo que seguir instrucciones escritas recibidas de Ficino. Fue precisamente durante el Renacimiento cuando estas actividades comenzaron a adquirir el estatus social de artes, y desde entonces, quienes las practican han ascendido de estatus hasta el punto de que algunos pintores han recibido el título de “los divinos”.

En el siglo XXI, existe un creciente reconocimiento de la creación de nuevas y más bellas relaciones sociales como una forma de arte. Cuando entramos en una habitación, podemos disfrutar de su belleza debido a los cuadros que cuelgan de sus paredes, pero la disfrutamos aún más si hemos experimentado allí relaciones hermosas que enriquecen nuestra memoria y nuestra vida, en lugar de relaciones tóxicas.

Los artistas sociales son aquellos que crean nuevas relaciones humanas que son mejores y más bellas que las anteriores. Crear nuevas y bellas relaciones es más desafiante que crear nuevas y bellas pinturas; requiere al menos tanto talento artístico como pintar. Durante el siglo XX, algunas artes se subordinaron progresivamente al mercado, hasta el punto de que el urinario de Duchamp se cita como una de las obras más importantes del siglo simplemente porque alcanzó un alto precio. El estatus social de ciertos artistas se mide ahora a menudo por el valor económico de sus obras, que tiene poco que ver con el valor atribuido en su época a las obras de Goya o Van Gogh.

No es el dinero lo que impulsa el reconocimiento de la creación de nuevas relaciones humanas como arte social. Los artistas sociales también son altamente altruistas. No desacreditan ni prohíben las “copias” de sus obras. Por el contrario, disfrutan al ver sus creaciones reinterpretadas en los más diversos contextos alrededor del mundo. Ninguna de las nueve musas se dedicó al arte social, pero Platón llamó a Safo la décima musa, y ella fue sin duda la primera artista social conocida. Tal vez pronto se convierta en la musa de los artistas sociales.

[Este artículo se publicó por primera vez en “Daily 27″ el 7 de diciembre de 2024]
[Imagen: Wikipedia]
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Profesora de la Universidad de Granada. Miembro de la Red MeToo Universidad.