Ayer disfrutamos de un evento en formato híbrido y abierto a la comunidad, organizado por el White Rose Research Center, en colaboración con la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Valencia y la asociación Iris AEBE. Un espacio compartido por profesorado y alumnado de diversas universidades, familias, asociaciones de familias de alumnado, y docentes de secundaria, primaria, infantil y centros de educación especial, entre otros. Durante el encuentro, se abrió un necesario espacio de diálogo para visibilizar que existen actuaciones, como el club de valientes violencia cero, que ofrecen respuestas reales y eficaces frente a la violencia, en contraste con las realidades que muestran series como Adolescence.
Ramón Flecha, catedrático emérito de la Universidad de Barcelona, abrió el diálogo con una reflexión clave: así como la pandemia solo se superó mediante la aplicación de evidencias científicas, como las vacunas, en los centros educativos el bullying solo puede superarse cuando se implementan las evidencias científicas que han demostrado ser efectivas para prevenir y eliminar la violencia escolar. Una de las claves radica en las investigaciones sobre el lenguaje del deseo y el lenguaje de la ética en las relaciones e interacciones escolares. La pregunta central es: ¿cómo lograr que quienes poseen buenos valores sean también percibidos como personas atractivas y populares? El club de valientes violencia cero ofrece una respuesta efectiva para dotar de atractivo a quienes tratan bien a los demás y rechazar a quienes ejercen violencia.
Alba Crespo, investigadora predoctoral en la Universidad de Barcelona y colaboradora de MeToo Schools, destacó la importancia de los espacios de diálogo para visibilizar el acoso y la violencia que muchos niños, niñas y jóvenes sufren en silencio. En ocasiones, la violencia se normaliza en las escuelas, como se muestra en la serie Adolescence. Por ello, es crucial contar con espacios de diálogo basados en evidencias científicas para identificar y evitar prácticas ineficaces que agravan el problema. El movimiento Me Too Schools, formado por víctimas de acoso y quienes las apoyan, crea una red de solidaridad que rompe el silencio y combate la violencia de género aisladora, es decir, los ataques que sufre quien apoya a las víctimas. Recientemente, se publicaron en una importante revista científica internacional los beneficios, para la salud de chicos y chicas, que proporciona el club de valientes violencia cero, analizando los resultados de seis centros educativos.
Sara Carbonell, profesora en la Universidad de Valencia y especialista en el club de valientes violencia cero, compartió claves fundamentales para impulsar su creación en los centros educativos:
- Dialogar y consensuar con niños y niñas qué significa ser valiente: tratar bien, posicionarse del lado de las víctimas, romper el silencio…
- Restar atractivo a las conductas violentas y apoyar a quienes denuncian las agresiones, creando un espacio seguro al que cada vez se suman más personas.
- Transformar el entorno escolar haciendo que la valentía sea valorada socialmente y la violencia, rechazada. Esto «crea un círculo muy grande de protección».
A través de ejemplos en centros de primaria, secundaria y educación especial, se evidenció cómo la implantación del club de valientes violencia cero genera un cambio real. Alumnado, familias y profesorado dan testimonio del impacto positivo. Los chicos y chicas que lo viven en sus escuelas piden extender el club a todos los ámbitos donde se relacionan; lo necesitan y lo reclaman.
El espacio de diálogo fue revelador y cargado de emociones. Personas de diferentes perfiles, entre ellas familias y alumnado, compartieron inquietudes y experiencias, resaltando la urgencia de implementar el club de valientes violencia cero en más escuelas e institutos. Las preguntas giraron en torno a cómo romper con el discurso coercitivo que atrae hacia la violencia y cómo aplicar soluciones efectivas. Ramón Flecha destacó que la transformación solo es posible cuando se actúa, no cuando solo se discute el problema:
«Si las y los profesionales se reúnen para hablar solo del problema y no de las soluciones, no hay mejora ni transformación. Cuando se conoce la solución, hay que ponerla en marcha. Series como Adolescence muestran únicamente los problemas, sin ofrecer salidas, porque su objetivo es la audiencia, no la mejora social.»
Esta iniciativa no es solo una respuesta, sino una herramienta esencial para generar un cambio real en las comunidades educativas, construyendo un entorno educativo y social más seguro y solidario.