Hace ya unos cuantos años, en una tertulia literaria dialógica de El Quijote, un alumno de primero de primaria dijo que Don Quijote llevaba un escudo para protegerse y que nuestro escudo eran nuestros amigos y amigas.
Esta idea con la que muchos y muchas nos podemos sentir identificados ha sido demostrada por las evidencias científicas que determinan que la amistad es una de las claves más importantes para proteger a la infancia (tanto si son víctimas como si son posibles víctimas) de todo tipo de violencia, convirtiéndose en uno de los factores de protección más importantes.
Informes internacionales como el de UNICEF nos indican que la infancia no recibe la suficiente protección. Darle la vuelta a esta realidad es sencillo si implementamos programas que pongan el foco en fomentar relaciones de calidad entre iguales en las que se ponga en valor la protección, la ayuda y el posicionamiento activo ante cualquier tipo de violencia.
Si miramos las recomendaciones científicas se puede trabajar, en cualquier etapa educativa, abriendo espacios de diálogo para reflexionar y dialogar sobre las siguientes cuestiones:
- ¿Qué es una amistad de calidad?
- ¿Qué comportamientos implica y excluye?
- ¿Cómo cuidar a los amigos?
Algunos de los programas que están logrando promocionar las amistades creando escudos protectores ante la violencia son el club de valientes violencia 0, el programa No Trap! (programa antibullying y anti ciberbullying) y los programas enfocados a superar la violencia de género aisladora. No es cuestión de aplicar algo “novedoso” ni de ir probando, es cuestión de aprovechar lo que la ciencia nos ofrece y, como hemos dicho en más de una ocasión, de no darle la espalda al progreso científico que siempre ha mejorado las sociedades y la humanidad.
Tenemos muchas oportunidades, también buscando inspiración en series que muestran la fuerza de la amistad para acabar con el bullying, en personas referentes que mejoraron el mundo con amistades o en canciones que transmiten este mensaje tan protector: “cuando nos llamen para ayudar a nuestros amigos que lo necesitan, puedes contar conmigo”.
En lo que no hay duda es que una educación que no invierta en cultivar relaciones de calidad con los compañeros y compañeras desde la primera infancia no logrará superar la violencia; no esperemos más.
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