image_pdfPDF

En estos primeros días del curso académico, muchos alumnos y alumnas, familias y docentes comienzan una nueva etapa, donde conocen a personas que formarán parte de sus vidas durante, al menos, unos meses. Es un tiempo de cambios, adaptaciones, horarios, rutinas y algunas novedades a las que todos y todas nos tenemos que habituar.

Los centros educativos de educación infantil programan el llamado período de adaptación. Durante un intervalo de tiempo facilitan la incorporación progresiva a la escuela de los niños y niñas, facilitando la separación de la familia y la aceptación de un nuevo entorno. Desde mi experiencia como maestra de infantil, este momento se vive con mucha incertidumbre por parte de las familias, ya que no saben el cambio que supondrá para su hijo o hija y quieren que transcurra de la mejor manera.

Vivimos conectados a las redes sociales, tenemos mucha información sesgada que nos llega también de este período y muchos bulos hacen que las familias se sientan inseguras de cómo se está realizando en el centro educativo que han elegido. Algunas de las ideas que les llegan (sin aval científico) tienen que ver con:

  • Las llamadas “entradas respetuosas” y “horarios flexibles”. Vemos cómo se justifica sin aval científico que estas deben alargarse todo lo posible, incluso todo el curso. Esto solo se traduce en menos tiempo de aprendizaje.
  • Los llamados espacios de juego “libre”. Situaciones donde las relaciones entre iguales no están mediadas con la interacción del adulto y se convierten en espacios y momentos menos seguros.
  • La intensidad del lloro, como indicador del dolor y estrés en la separación de la familia que “nos puede alertar de la no adaptación al centro” y a las personas con las que se quedará. Existe la falsa creencia de que el niño o niña no puede llorar en este momento y que, si lo hace, es porque el centro educativo no está respetando el proceso. Los padres sienten que deben posponer el momento de la incorporación.
  • La retirada del pañal como requisito en la entrada de 3 años genera mucha inquietud a las familias, ya que cada vez está más extendida la idea de que, en general (no estamos hablando de los casos en los que hay necesidades educativas especiales o una recomendación médica), la retirada del pañal debe hacerse a demanda del niño o niña, lo cual retarda su retirada y dificulta la autonomía del alumno o la alumna en los inicios de la escolarización, creando inseguridad.

Con la finalidad de que todos podamos entender este difícil proceso, familias y docentes debemos tener presentes las evidencias científicas que nos marcan la senda del éxito, en este periodo tan especial e importante. Compartimos aquí algunas de las claves a tener en cuenta en este periodo y en toda la etapa: 

Muchos son los centros que desde el primer momento tienen en cuenta estas evidencias.
  • Planificamos reuniones con las familias antes del verano para conocer el proyecto educativo del centro, estableciendo una relación más cercana, explicando cómo se hará la incorporación, de qué manera podrán participar durante los primeros días… Pero también en la entrevista inicial con la familia para conocer también al alumno o alumna de manera individual y durante todo el curso. 
  • Hacemos recomendaciones de los hábitos y rutinas que pueden trabajar en verano para sentirse más seguros durante los primeros días. 
  • Comunicamos a las familias los progresos y retrocesos que pueden tener tanto en casa como en el centro durante los primeros meses de escolarización. 
  • Planificamos actividades de rutinas, cuentos repetitivos, juegos (asociación, conteo, clasificación, simbólico) y canciones, visitando y conociendo los diferentes espacios del centro y sus normas de utilización junto a las familias y en otros momentos que ya no están presentes los familiares. 
  • Formamos a las familias a través del diálogo igualitario en las evidencias científicas sobre las actuaciones educativas de éxito y animamos a que participen en ellas. 
  • Evaluamos el proceso y comunicamos los progresos y mejoras a las familias.

Planificar el periodo de adaptación en base a las evidencias científicas es sumamente importante, ya que es el primer contacto que muchas familias tienen con la escuela. Además, la infancia merece la mejor educación que contribuya al máximo desarrollo posible. 

[Imagen de Pixabay]

Por Carolina Ramos

Maestra de educación infantil y jefa de estudios del CEIP Jaume I El Conqueridor (Catarroja)