Se habla mucho de la importancia de fomentar la creatividad en el alumnado, ya que la sociedad actual necesita aportaciones creativas para resolver problemas diversos relacionados con la salud, el cambio climático, la violencia, la desigualdad, la sostenibilidad o la pobreza.  

La educación puede tener un papel clave en el desarrollo de esta creatividad desde las primeras edades en función de cómo la potencie. Preocupa que, cuando haces una búsqueda con las palabras creatividad y educación, encuentras bastante escrito pero, cuando lo comparas con las aportaciones de la literatura científica, no todo se corresponde y no se encuentra nada sobre la importancia de crear oportunidades para que el alumnado interactúe con las mejores creaciones de la humanidad, creando el background necesario para desarrollar la creatividad. 

En primer lugar, una idea que se encuentra cuando haces una búsqueda no basada en evidencias es que corregir al alumnado cuando comete errores dificulta la creatividad. Por una parte este bulo puede tener consecuencias muy negativas en el desarrollo, porque como ya sabemos el aprendizaje va ligado a la repetición y a la memoria y, cuando se comete muchas veces un error, lamentablemente también se aprende y se graba en la memoria de largo plazo. Por otra parte, ¿nos podemos imaginar qué habría pasado si los maestros de Botticelli o de Ramón y Cajal no les hubieran corregido los errores? 

Otra idea sobre la que he podido leer últimamente es que hay que programar talleres de escritura creativa. Algunas de las actividades que nombraban son cambiar el final de un cuento, terminar una historia inacabada o inventar un cuento a partir de una idea dada. Si tenemos en cuenta que, como también dice Rita Levi, la creatividad no nace de una sola persona sino que es una “obra colectiva”, es difícil imaginar cómo el alumnado logrará crear los mejores textos escritos sin haber tenido contacto previamente con los textos de la mejor calidad literaria

A lo largo de la historia, las personas que han realizado creaciones humanísticas o científicas que han logrado mejorar la sociedad siempre han estado en contacto y han aprendido de los y las mejores; ejemplos de ello son Hipatia de Alejandría, Pitágoras, Miguel Ángel, Platón o Cervantes, quienes estaban rodeados de la sabiduría y cultura que dejaron sus antecesores. 

Actualmente ya hay centros educativos que son ejemplo de verdaderas “revoluciones culturales”, acercando al alumnado las mejores obras científicas, literarias, artísticas o sociales para que todos y todas sin exclusión desarrollen el máximo potencial creativo tan necesario para seguir mejorando la humanidad.  

[Imagen: Wikipedia – ‘La escuela de Atenas’ (Rafael)]

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Doctora en Educación. Durante 23 años maestra de pedagogía terapéutica y educación primaria y 8 años directora del CEIP L'Escolaica. Profesora sustituta en la Universidad de Valencia.