Hace cuatro cursos (antes de la pandemia), en el IES Alfonso II de Oviedo empezábamos la implementación de las actuaciones educativas de éxito en un centro de más de mil estudiantes procedentes de cuatro continentes diferentes y de contextos socio-culturales y económicos diversos.
A pesar de la COVID-19, la ilusión y confianza en la ciencia se fortalecieron, lo que llevó a poner en marcha las tertulias científicas dialógicas (TCD). Para ello se partió de las evidencias que muestran la necesidad de vincular las literacidades específicas de las áreas con las propias disciplinas científicas y de la propia evidencia de las tertulias científicas dialógicas, AEE clave para acercar al alumnado las fuentes más relevantes del conocimiento científico a través de interacciones de calidad, gracias a los principios del aprendizaje dialógico.
“A hombros de gigantes” hemos ofrecido a nuestro alumnado textos científicos clásicos: en los dos últimos cursos, más de 190 alumnos de 4º ESO, PMAR y 1º de bachillerato han leído y dialogado juntos en TCD sobre las “conclusiones finales” de El origen de las especies de Charles Darwin, sobre el prólogo de Albert Einstein a la obra de Max Planck ¿Adónde va la ciencia?, sobre El origen de la vida de Oparin y sobre las Memorias de mi vida de Santiago Ramón y Cajal.
Estos textos clásicos enfrentaron al alumnado a retos cognitivos elevados, y gracias al enfoque dialógico de las TCD lograron, según ellos mismos, expresar sus pensamientos más profundos; desde temas sobre religión y ciencia, sobre las diferentes motivaciones para dedicarse a la ciencia, sobre la naturaleza misma del conocimiento científico, a otras cuestiones de elevado nivel para cualquier adulto letrado en ciencia o interesado por ella.
No podemos establecer relación de causalidad entre la realización de estas tertulias y el aumento de matrícula observado este año en las asignaturas optativas de esta área, pero destacan por ilusionantes, positivas y transformadoras las valoraciones cualitativas de profesorado, alumnado y personas voluntarias participantes en las TCD. Han llenado de sentido el esfuerzo por acercarse a estos textos y de transformar las aulas de ciencias en espacios dialógicos donde la ética, la estética y el conocimiento caminan de la mano de “la juventud más joven”.