Parece, a simple vista, que el aprendizaje colaborativo y la autonomía son dos conceptos que no tienen nada que ver. Nos da esta sensación puesto que frecuentemente se relaciona el aprendizaje colaborativo con el trabajo grupal y la autonomía con el trabajo individual. El profesorado que erróneamente entiende así estos conceptos pretende mejorar la autonomía del alumnado aumentando el trabajo individual en las aulas.
Sin embargo, entendemos la autonomía como la capacidad del alumno o la alumna para construir activamente su propio conocimiento, tomar decisiones sobre su proceso de aprendizaje y transferir lo aprendido a nuevas situaciones, con la guía progresivamente decreciente de la persona adulta. Vigotski nos diría que la autonomía no sería el punto de partida del aprendizaje, sino el resultado de una buena interacción social y un acompañamiento adecuado. Es decir, el aprendizaje se daría primero en un plano social y después en el personal. Resumiendo, el aprendizaje colaborativo es la mejor forma para conseguir mayores niveles de autonomía.
Además, si analizamos las formas más avanzadas de aprendizaje colaborativo (como los grupos interactivos y las tertulias dialógicas), podremos comprobar que estas formas de organización pueden tener y tienen componentes de trabajo individual. En los grupos interactivos es posible empezar a solucionar un ejercicio individualmente y después compartirlo con el grupo, donde cada cual puede exponer sus resultados y contrastarlos con los demás para comenzar un debate en torno a estos. De la misma forma, en las tertulias literarias dialógicas se pide al alumnado que lea individualmente un texto (con ayuda si es preciso) y posteriormente participe en diálogos en torno a él. Como podemos observar, el aprendizaje colaborativo también puede tener elementos de trabajo individual.
Por otro lado, los grupos interactivos tienen la autonomía integrada dentro de sí, dado que se explica al voluntariado que su función es dinamizar las interacciones del equipo para que el alumnado tome sus propias decisiones. Se trata de una autonomía grupal, que les otorga protagonismo y libertad de decisión, pero bajo la condición grupal, que supera individualismos y acelera la competencia personal, social y de aprender a aprender, la competencia ciudadana y la emprendedora. Competencias que difícilmente lograríamos apoyándonos simplemente en un trabajo individual.
Por eso las escuelas que optan por priorizar modelos colaborativos no están, de ningún modo, comprometiendo la autonomía del alumnado, sino lo contrario, potenciándola.
[Imagen generada por IA con Gemini]
Maestro de educación especial y primaria