El 23 de abril se celebra el Día del Libro, una fecha que conmemora la muerte de tres grandes de la literatura universal: Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega, quienes fallecieron en esta misma fecha en 1616. Los libros son ese compañero fiel que acompaña a muchas personas a lo largo de sus vidas. Sabemos que la lectura es una práctica esencial para nuestro desarrollo individual y colectivo: fomenta el pensamiento crítico, la imaginación, la empatía y el placer estético, al tiempo que fortalece los lazos familiares y comunitarios. Más allá de leer, compartir la experiencia lectora multiplica nuestro disfrute, profundiza la comprensión del mundo y amplía nuestras fuentes de conocimiento de manera inagotable. ¡Qué gran placer, compartir la lectura de un libro en una tertulia literaria dialógica y gozar del festín interminable de las ideas!
Al leer, no solo adquirimos conocimiento, sino que también cultivamos los principios más esenciales que fortalecen nuestras relaciones personales y sociales.
Los libros son libertad. La UNESCO afirma que «la alfabetización es uno de los instrumentos fundamentales de libertad» y la define como un derecho humano que «abre la puerta al disfrute de otros derechos humanos, a mayores libertades y a la ciudadanía global». La lectura de libros nos permite seguir aprendiendo de forma autónoma o en comunidad a lo largo de la vida, transformándonos en las personas que queremos llegar a ser y no quienes otros quieren que seamos. En palabras de Federico García Lorca:
«No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos.»
Los libros son amor. Cuando leemos, hablamos con el autor, quien vuelca su emoción en cada palabra, y nosotros y nosotras correspondemos a ese acto con nuestra atención y asombro. Cuando, además, compartimos ese libro y buscamos la construcción conjunta de belleza, bondad y verdad, convertimos la lectura en un acto de amor.
Los libros son amistad. En momentos de duda o soledad, abrir las páginas de un buen libro equivale a recurrir a un gran amigo dispuesto a escucharnos sin interrupciones. En el terreno de lo personal, compartir la lectura de libros, debatirlos y disfrutarlos nos ha llevado a conocer personas que se han convertido en verdaderas amistades. Los libros actúan como puentes hacia la amistad, ya sea a través de la conexión íntima que se establece con sus páginas o, por supuesto, mediante las relaciones que se establecen al compartirlos.
Los libros son empatía. Hoy en día sabemos que leer ficción regularmente desarrolla una mayor capacidad de ponerse en el lugar de otras personas, lo que se traduce en actitudes más solidarias y tolerantes. Esta “empatía narrativa” no solo aleja nuestras mentes de prejuicios, sino que nos hace desear entornos más inclusivos, igualitarios y democráticos.
Los libros son emoción. Poseen la capacidad única de conectar con nuestras experiencias más íntimas. Al sumergirnos en sus páginas, podemos experimentar una amplia gama de sentimientos, desde la alegría más maravillosa hasta la tristeza más profunda, permitiéndonos explorar y comprender mejor nuestro mundo interior y el de las otras personas. Al identificarnos con los personajes y sus historias, encontramos sabiduría y comprensión. Más aún, cuando dialogamos sobre ello con otras personas, ampliamos nuestra comprensión emocional, a la vez que desarrollamos un mayor sentido de comunidad y pertenencia. Ramón Flecha destaca que la verdadera fuerza de la lectura radica en su dimensión comunitaria:
«La chispa emancipadora podía verse en sus ojos cuando compartían palabras sobre los sentimientos que sus lecturas inspiraban y las transformaciones, personales y colectivas, que estaban realizando» (Compartiendo palabras)
En este Día del Libro, celebremos la libertad, el amor, la amistad, la empatía y la emoción que los libros nos brindan. Como dijo Miguel de Cervantes:
«El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho.»
Que este día nos inspire a seguir explorando nuevos mundos a través de la lectura y a compartir nuestras experiencias literarias con los demás.
[Imagen: Freepik]
Profesora en educación secundaria