Mireia Barrachina, Sara Carbonell, Paco Escolano, Amparo Ferrandis, Esther Roca

El pasado jueves 24 de octubre iniciamos un seminario científico para cocrear una red de valientes con alumnado y profesorado del instituto Veles e Vents de Gandía. Se impartía en el marco del proyecto ACORD, subvencionado por la Conselleria d’Educació de la Comunidad Valenciana. Consistirá en tres sesiones científicas para ayudar a cocrear los cimientos del primer Club de valientes en el centro.

Viernes, 9:50 de la mañana. Más de 30 alumnos y alumnas de 1º a 4º de la ESO entrando en la biblioteca del centro. Cuando se les preguntaba «¿qué os ha motivado a venir?», las respuestas eran diversas: algunos, por curiosidad; pero muchos y muchas lo tenían muy claro, querían ayudar a otro alumnado que estuviera sufriendo violencia, querían hacer algo. 

El brillo en los ojos de algunos chicos y chicas iluminaba la biblioteca. Se notaba que sentían emoción por poder estar allí. Querían saber. Las preguntas eran muchas: ¿cómo podían ser personas valientes, upstanders que se posicionan del lado de las víctimas? Cuando se explicó que el apoyo y amistad de una sola persona puede crear resiliencia en otra y salvarla, llegaron más inquietudes. Entonces, una alumna explicó perfectamente qué le pasa a una persona cuando se siente sola, cómo le duele por dentro, y que no es lo mismo que querer estar a solas. 

En los diálogos que se mantuvieron sobre cómo suelen actuar las personas que son testigos de la violencia, fueron explicando perfectamente que algunos miran y no hacen nada (son neutrales), otros se suman a la violencia explícitamente y otros (los menos) actúan para proteger. Cuando se pusieron ejemplos para intentar pensar qué puede sentir una víctima cuando hay alguien delante y no dice ni hace nada, algunos pensaron que podría sentirse apoyada, pero otro alumnado vio en un momento que se sentiría sola, sin apoyo. Este alumnado se dio cuenta de algo que la ciencia ha demostrado y es que ser neutral ante la violencia es estar de parte de la violencia

Un alumno tenía una preocupación lógica: si te posicionas de parte de una víctima protegiéndola, te pueden atacar. Estaba hablando de lo que se ha conceptualizado científicamente como violencia aisladora y querían saber cómo superarla. “Proteger a quien protege” es una norma que en algunos centros educativos se ha incorporado a estos clubs de valientes y sabemos que es clave para acabar con la violencia.

En esta hora de diálogo solo se puso una norma: debía ser un espacio seguro, donde nadie sintiera miedo o vergüenza de hablar, donde nadie juzgara a nadie o se burlara. Había chicos y chicas, algunos de ellos de colectivos vulnerables, otros con necesidades educativas especiales; todos ellos y ellas, sin distinción, son personas clave para lograr un instituto con tolerancia 0 ante la violencia. En todas las intervenciones se notó la libertad y seguridad con la que hablaban. No había comentarios buenos o malos, cada persona pudo expresar sus ideas interviniendo a través del diálogo, con su mirada u otros actos comunicativos.

Al acabar la sesión, se acercó una de las chicas que más interés mostró desde el inicio, para felicitarnos por la sesión y para preguntar si iba a haber más. Al responderle que esta era la primera de otras muchas, se fue con una preciosa sonrisa al patio. 

Tenemos el sueño de que se sigan extendiendo más y más clubs de personas valientes, que sigan llenándose de esperanza y de brillo las miradas de más y más alumnado. Las redes de valientes crean olas que logran borrar la soledad y el aislamiento de las víctimas y cada vez será más difícil ejercer violencia. 

Mireia Barrachina, Sara Carbonell, Paco Escolano, Amparo Ferrandis, Esther Roca
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