La violencia escolar afecta a miles de estudiantes en todo el mundo y puede tener consecuencias muy graves, tanto en su bienestar físico y emocional como en su rendimiento académico, entre otros aspectos. Ante este desafío, la formación del profesorado adquiere una importancia crucial.
La literatura científica ha demostrado que las y los docentes desempeñan un papel fundamental en la prevención y resolución de la violencia escolar. Sin embargo, para que puedan cumplir con éxito esta función, es imprescindible que la formación que reciben sea lo más eficaz posible y, sobre todo, que funcione en la práctica. Lo mismo ocurre con los futuros docentes, es decir, con el estudiantado de las facultades de educación. La formación de estos futuros profesores también es clave para afrontar la violencia escolar.
Se ha comprobado que enfoques formativos basados en el diálogo, como las tertulias pedagógicas dialógicas (TPD), ofrecen resultados muy positivos en la formación docente. Gracias a estas sesiones basadas en el diálogo sobre las evidencias científicas, los futuros maestros y maestras no solo comprenden mejor los problemas, sino que también son capaces de encontrar soluciones prácticas y eficaces.
Un estudio recientemente publicado en la revista REMIE aborda esta cuestión. En concreto, la investigación analiza si las tertulias pedagógicas dialógicas pueden tener un impacto positivo en la autoeficacia de los futuros docentes para abordar la violencia escolar. El estudio se llevó a cabo en una universidad española y en él participaron 98 estudiantes de los grados de educación infantil y educación primaria, quienes asistieron a sesiones de TPD. De este grupo, 8 estudiantes fueron entrevistados tras haber participado en al menos dos sesiones.
Los resultados de la investigación muestran que las personas entrevistadas valoraron positivamente las TPD. Destacaron que estas sesiones les permitieron adquirir conocimientos y cambiar significativamente su actitud hacia la violencia escolar. Además, se sintieron más preparados y profesionalizados para hacer frente a estas situaciones, subrayando la importancia de la evidencia científica y el enfoque centrado en la resolución de problemas.
Asimismo, las personas participantes resaltaron que durante las sesiones se generó un ambiente seguro en el aula, lo que facilitó la construcción colectiva del conocimiento. Este entorno les permitió conectar los textos científicos con sus propias experiencias. De hecho, algunos aplicaron lo aprendido en contextos fuera del aula, como en actividades extraescolares o en sus prácticas docentes. Estas formaciones les ayudaron a comprender mejor las dinámicas de la violencia escolar y a afrontarlas con mayor eficacia.
En conclusión, la investigación enfatiza la importancia de formar a los futuros docentes en la prevención de la violencia escolar mediante estrategias exitosas como las tertulias pedagógicas dialógicas. Este enfoque no solo mejora la preparación del alumnado, sino que también contribuye a la creación de entornos educativos más seguros y respetuosos, favoreciendo una educación de calidad para todos en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
[Este artículo fue publicado por primera vez en Kaiera el 28 de marzo de 2025]
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Investigadora predoctoral en Educación, Universidad del País Vasco