Las oportunidades que nos dan las tareas con ayuda
Hay frases que se escuchan mucho en educación y parece que quienes las dicen añoren los “viejos tiempos”; sin embargo, no siempre aquellos tiempos fueron mejores. Una de las que oigo bastante, y que me preocupa por las implicaciones negativas que tiene para gran parte del alumnado, es esta: “a mí nunca me ayudaron a hacer los deberes y he tenido éxito”. Quien dice esto quizás piense que quien hace sus deberes o estudia con ayuda de un adulto o de un igual no es tan inteligente. Esto puede llevar, por una parte, a afectar a las expectativas del profesorado llegando a cumplirse la profecía de fracaso y, por otra, a que acaben por abandonar los estudios tal como hicieron algunos de mis compañeros de escuela. A las familias también nos puede crear inseguridades ver que nuestro hijo o hija necesita ayuda para realizar sus tareas o para estudiar y podemos dudar de si es beneficioso prestarle esa ayuda o no.
Pero, como siempre, vamos a ver qué dicen las evidencias al respecto, ya que nos ayudará a saber si el éxito académico depende o no de realizar los deberes a solas o con ayuda.
Diferentes autores y autoras referentes en educación han demostrado a lo largo de los años que, para mejorar cognitivamente, tener más cultura, superar tareas complejas y tener éxito, hay que contar con ayuda de un adulto o de un igual. Sus teorías son diversas pero todas llegan a esta misma conclusión: interaccionismo simbólico (Mead,1968), la zona de desarrollo próximo (Vigotsky, 1978), el andamiaje (Rogoff, 1990), las subcomunidades de aprendices mutuos (Bruner, 1997), el cerebro social o interthinking (Mercer, 2013), la sociedad dialógica (Flecha, 2022)…
Mercer llega a decir que la capacidad de pensar juntos para encontrar soluciones a problemas es una de las características definitorias de nuestra especie y que muchos tipos de actividad laboral dependen de su éxito. Premios Nobel como Rita Levi-Montalcini escribió en Elogio de la imperfección (2010), refiriéndose a su compañero de trabajo Stanley Cohen:
“Muchas veces me he preguntado qué buena estrella ha hecho que nuestros caminos se cruzasen.”
Él también le dijo una frase muy célebre que en muchas escuelas ya es un referente:
“Rita, tú y yo somos buenos; pero juntos somos maravillosos.”
Decir que los que tienen éxito son los que no han necesitado ayuda para hacer sus deberes es una idea errónea que nos puede llevar a dejar de prestarles ayuda en el hogar, o a impulsar en nuestros centros educativos acciones que pueden llevar al fracaso escolar. No queremos decir que no haya estudiantes con éxito académico que hagan solos y solas sus tareas, ni que haya que evitar ese trabajo y estudio individual, pero sí queremos aclarar que quienes lo hacen con ayuda también pueden alcanzar el éxito académico, ya que se les abre un abanico de oportunidades que de otra forma no tendrían.
Las ayudas para aprender nueva información o para resolver problemas que suponen un reto cognitivo pueden ser muy variadas: apoyos verbales o visuales, diálogos que impulsan y motivan a buscar información, dar explicaciones claves para entender conceptos complejos o enseñar diferentes formas de llegar a una solución. Estas ayudas contribuyen a ampliar lo que Bruner llama “la caja de herramientas” que todos y todas usamos.
Lo que sí se sabe es que hay que asegurar entornos de ayuda para quienes más lo necesiten, y ya existen muchos centros educativos que están creando estos espacios interactivos y de ayuda donde brillan las estrellas con el fin de que todos y todas sin excepción lleguen a ser maravillosos. No es cuestión de recursos ni de estatus, es cuestión de ciencia.