Karikó ha trabajado con muchas y muy diversas personas de ciencia y su objetivo no era hacerse famosa, sino crear conocimientos científicos capaces de superar algunos de nuestros problemas de salud. Ha tenido un gran éxito que la sitúa entre las personas de ciencia más relevantes de la historia como Pasteur o Einstein (Ramón Flecha, pg. 62 )
Hasta hace dos días, las únicas personas de educación que conozco que sabían quién era la actual premio Nobel de Medicina, Karikó, eran las que tienen de referente la teoría de la sociedad dialógica. ¿Por qué sí sabemos quién es Shakira o Messi y no este premio Nobel que ha salvado nuestras vidas?
Hoy tenemos la oportunidad de romper con esta tendencia presentando como gran referente a la actual premio Nobel, Karikó, que ha salvado nuestras vidas, entre ellas las de los niños y las niñas y sus familias. La escuela es un contexto maravilloso para dar a conocer estos referentes, y no permitir que los medios y redes sociales, centradas mayoritariamente en intereses poco solidarios, les hagan sombra. Permitir que eso ocurra impide que los niños y las niñas y demás personas identifiquen con valentía y admiración a las personas que nos rodean en nuestro día a día y están realizando creaciones sociales que mejoran nuestras vidas. Todas y todos estamos rodeados por personas así. Nuestra admiración ante aquellos otros “referentes de arriba” nos impide verlas, como pasaba hace unos meses con Karikó.
Las consecuencias de que queden invisibilizadas en nuestras vidas referentes como Karikó, frente a otros “referentes” como Shakira o Messi, son graves. Por un lado, eso nos impide aprender y admirar los valores y sentimientos que han sido cruciales en la humanidad para avanzar, como la solidaridad, la amistad, el esfuerzo, la valentía, la tolerancia, etc. Si enseñamos unos valores que se alejan de aquellos que viven “los referentes” y no mostramos la alternativa que sí está al alcance de muchos niños y niñas, se hace imposible integrar estos valores; es decir, se hace imposible que sean estos valores y no otros intereses los que guíen nuestras decisiones y elecciones, ahora y en el futuro. Además, si cultivamos la admiración y deseo por aquellos que practican los valores contrarios a los que decimos defender, practicamos una doble moral que impacta en nuestras vidas, haciendo que perdamos cada vez más la pasión y el sentido.
Las personas como Karikó, que entregan toda su dedicación a un bien tan revolucionario como salvar vidas, generan un impacto en los sueños de los niños y las niñas y de todas las personas, espectacular. Por poner otro ejemplo, es muy diferente admirar a Karikó que al Che Guevara; mientras una devuelve la esperanza y la ilusión a la humanidad salvando vidas, el otro cultiva el gusto y la adicción por la violencia. Karikó aporta mucho más a la libertad contribuyendo a una vacuna que pueda funcionar y ser accesible para todas las personas sin distinción, que el Che dando como única alternativa para la libertad la violencia y el asesinato de personas.
Karikó y su compañero Weissman, de una forma muy similar a los también premio Nobel Rita Levi-Montalcini y Stanley Cohen, han destacado la solidaridad, lo maravilloso de cocrear conjuntamente las contribuciones científicas, el esfuerzo, así como tener como ideal poder ayudar a las personas con sus contribuciones. ¿Alguien ha visto a Messi o Shakira trabajar intensamente por esto? ¿Qué sueños abren a los niños y las niñas y demás personas unos referentes u otros?
La teoría de la sociedad dialógica destaca la importancia de los referentes como Karikó, tanto para la vida de las niñas y los niños como de todas las personas. Es crucial no solo en nuestras aspiraciones personales, sino también en cómo lograremos un desarrollo cada vez más humano de las sociedades, o todo lo contrario.
Durante 12 años, maestra de educación especial y asesora de educación inclusiva en la Generalitat Valenciana. Actualmente, profesora de la Universitat de València. Sus líneas de investigación incluyen las Actuaciones Educativas de Éxito en diversidad de grupos sociales y etapas de aprendizaje, la formación docente, la inclusión educativa y la socialización preventiva de la violencia de género.