Bourdieu pone “El clave bien temperado” de Bach como el ejemplo de distinción frente a otras obras que ejemplifica con “La danza del sable”, a la que califica como una de esas músicas devaluadas “ya sea por su pertenencia a un género inferior (la música ligera), ya sea por el hecho de su divulgación (al remitir la dialéctica de la distinción y de la pretensión al “arte medio”, devaluando las obras de arte legítimas que se vulgarizan)”.
Todas las personas especialistas a quienes he pedido que lean la parte dedicada a la música del libro de “La distinción” se han escandalizado y reído (esta última palabra me la ha añadido una música con título del conservatorio superior). No entienden cómo se atrevió a escribir y publicar esas ignorancias. No saben que en ciertos ambientes educativos y sociales la mayoría de quienes siguen a Bourdieu son hooligans que nunca ven un penalti en campo propio por muy claro que sea; incluso creen que el autor al que veneran sabe más de música que las amistades que frecuentemente esas personas tienen, que han estudiado música muchos años y a veces tienen título del conservatorio superior.
Bourdieu tenía en la música miles de ejemplos que hubieran sido más adecuados para lo que él quería defender. Escoger como ejemplo de su criterio de distinción esta obra de Bach es una de las muchas pruebas de que escribía de temas de los que no era en absoluto especialista y sin molestarse en hacer unas entrevistas a personas entendidas o a la ciudadanía que hubieran demostrado lo muy equivocado que estaba. Bourdieu cree que “El clave bien temperado” es una obra solo del público al que considera distinguido y al que atribuye lo que él llama habitus, capital cultural y capital escolar. Con una mínima investigación, hubiera descubierto, por el contrario, que es una música muy conocida y divulgada por todo tipo de públicos, no solo por los que él considera distinguidos. Pero él no quería investigar sino imponer sus propias afirmaciones (a veces sus propios prejuicios) como si fueran teorías. Aun así, hubiera tenido suficiente con preguntar a personas de bajos niveles socioeconómicos para descubrir que a una gran parte le resulta muy familiar “El clave bien temperado”; por ejemplo, su Preludio en Do M que puede escucharse en este link.
Hay quienes, después de descubrir que Bourdieu escribió sobre música sin tener los conocimientos mínimos para no quedar en evidencia, responde que lo que sí era es un gran sociólogo de la educación. Cualquier docente que lea estas líneas sabe que el alumnado que durante su escolarización ha escuchado “El clave bien temperado” lo conoce con independencia del nivel socioeconómico, académico y cultural de su familia. Quienes somos docentes tenemos en nuestras manos la posibilidad no solo de transformar la educación y la sociedad, sino también de aportar en nuestras conversaciones evidencias de hasta qué punto son erróneas publicaciones de autores que nunca han mejorado los resultados de ninguna escuela y que desprecian el saber del profesorado de educación infantil, primaria y secundaria.
“El clave bien temperado”, muy a pesar de Bourdieu, es tan popular que su primer preludio sale incluso en películas tan comerciales como es “La dama de hierro” sobre Margaret Thatcher.
[Imagen: Wikipedia/Youtube]