Una llamada a la transformación

Los días 7 y 8 de marzo se celebró en el CICFEM –Congreso de Ciencia, Feminismo y Masculinidades– un panel que puso sobre la mesa cuestiones esenciales sobre la inteligencia artificial (IA) y su impacto no solo en la sociedad en general, sino también en la educación en particular. Las reflexiones de la Dra. Ana Burgués, el Dr. Albert Sabater Coll y el Dr. Ramón Flecha han abierto un debate necesario, especialmente en el ámbito educativo, donde se define el futuro de la formación ciudadana y profesional ante los retos de la era digital.

Uno de los ejes centrales del panel fue la necesidad de replantearnos si el foco en torno a la IA se está poniendo en lo que realmente importa. Con frecuencia, los debates y conversaciones se centran en temas como el de si las asistentes virtuales como Siri o Alexa deben tener voz femenina, o el temor por la pérdida de empleos… Sin embargo, como comentaba la Dra. Ana Burgués, estos argumentos ocultan problemas estructurales, como los sesgos de género inherentes en muchos algoritmos. Un ejemplo contundente es el caso de Amazon, donde un algoritmo de selección de nuevo personal descartaba sistemáticamente currículos de mujeres priorizando los de hombres, reproduciendo así los patrones de discriminación. En este sentido, la discusión va más allá de la mera presencia de datos femeninos o masculinos en la programación: se trata de repensar la forma en que se construyen y utilizan los datos en beneficio de una sociedad más justa e igualitaria.

Desde la perspectiva educativa, resulta crucial cuestionar cómo se está preparando al alumnado para un futuro en el que la IA no solo va a transformar el mercado laboral, sino también las interacciones sociales y culturales. ¿Se están actualizando los currículos para incorporar asuntos relacionados con la ética digital, los sesgos algorítmicos y la importancia de la evidencia científica? La respuesta parece ser que, en muchos casos, la educación aún no acompaña a la velocidad de los cambios tecnológicos. Incorporar estas temáticas en las aulas no solo es necesario para evitar que la IA reproduzca viejos prejuicios, sino también para formar futuros ciudadanos críticos y conscientes de los desafíos que nos plantean los avances digitales.

El panel también abordó la problemática del acoso sexual, a la que la IA puede contribuir si se hace un mal uso. Como hemos visto últimamente en distintas noticias, jóvenes han generado vídeos con contenido sexual sin consentimiento a partir de una sola imagen; es un ejemplo claro de cómo la tecnología puede utilizarse para vulnerar derechos fundamentales. Aquí se hace evidente el papel del feminismo como motor de cambio para impulsar una IA ética y orientada hacia la mejora social. En el ámbito educativo, esta problemática invita a reforzar la enseñanza en actuaciones que, al estar basadas en evidencias científicas, sí puedan enfrentar de manera crítica los dilemas éticos que plantea esta nueva era digital.

El Dr. Albert Sabater Coll presentó un manifiesto titulado “Feminismo, pacifismo e inteligencia artificial”, al que cualquier ciudadano puede adherirse, con la intención de orientar el desarrollo de la IA hacia el progreso social. Entre sus propuestas destacan la necesidad de garantizar que las perspectivas feministas interseccionales influyan en el diseño y desarrollo de estas tecnologías, promover el pacifismo y establecer mecanismos de transparencia y responsabilidad en su uso. En este contexto, el sector educativo podría jugar un rol fundamental si fomenta espacios de debate y participación que conecten estas tecnologías emergentes con los valores de igualdad, paz y sostenibilidad.

En su intervención, el Dr. Ramón Flecha sostuvo que es posible transformar la IA para que impulse tanto el feminismo como las nuevas masculinidades alternativas (NAM). A pesar de los avances en modelos generativos como las distintas versiones de ChatGPT, aún se evidencian fallos que requieren filtros de validación científica para lograr resultados fiables.

Flecha señaló que la solución pasa por dos ejes fundamentales: las medidas que deben implementar los gobiernos y las acciones que puede emprender la ciudadanía. Las personas podemos hacer mucho para revertir la situación, y ya se están logrando avances significativos en este sentido. Es imprescindible entrenar la IA con datos basados en evidencias científicas, de manera que se aseguren respuestas libres de sesgos y fundamentadas en la ciencia.

En definitiva, este panel del CICFEM invitó a replantear la relación entre inteligencia artificial y sociedad, destacando el rol primordial de la educación como cimiento para impulsar un cambio que no solo mitigue los riesgos de una IA discriminatoria, sino que también fortalezca el feminismo, las nuevas masculinidades y la paz en el mundo.

[Imagen: Freepik]
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Profesora en educación secundaria