La primera sesión de la nueva tertulia pedagógica dialógica en Euskadi
El pasado sábado, 15 de febrero, daba comienzo la primera sesión de la nueva tertulia pedagógica dialógica en Euskadi. Alrededor de veinte personas se reunieron presencialmente y online para compartir palabras, argumentos y sentimientos sobre la Guía de Comunidades de Aprendizaje (Flecha et al., 2024). Este espacio de diálogo recogió las voces de personas diversas en euskera, lengua elegida por sus participantes. Las mejoras que se encuentran en una tertulia dialógica van siempre más allá de las palabras. Por eso y por la amistad, asistí con ilusión a esa tertulia en euskera, aun no conociendo la lengua y manifestando el deseo en que esta no fuera cambiada.
El interés de los y las participantes por hacerme sentir parte fue inmediato. En especial el de Gontzal, quien comenzó a hacer intentos de habilitar un traductor automático online para que pudieran traducirse las intervenciones. Sin embargo, esto no funcionó. La diversidad de matices y pronunciaciones de las personas participantes no pudo captarlas el traductor automático. Así que Gontzal apartó la silla que tenía a su lado y me indicó si quería sentarme. Abrió un documento de texto en su ordenador y comenzó a traducir a las y los participantes a la vez que hablaban. De esta forma, pudo ayudarme a entender todo lo que decían las demás personas sin interrumpirlas. Su motivación al hacerlo expresaba lo que ya miles de tertulias dialógicas han demostrado en muy diferentes partes del mundo: son un espacio en el que no solamente se educa o se habla de solidaridad, sino que esta se practica. Además, ante la dificultad inicial de comprender y traducir simultáneamente expresiones o palabras menos familiares por las diferencias entre variantes del idioma, prestó mayor atención a las intervenciones y realizó un mayor esfuerzo para traducirlas con rapidez.
El sentido, la amistad y la fraternidad crecieron en la tertulia. Por eso, cuando uno de los participantes preguntó, justo antes de terminar, «¿cómo ha ido el traductor automático?» contestamos: «de maravilla, ¡el traductor se llama Gontzal!»
[Imagen: Freepik]
Graduada en psicología en la Universitat de València e investigadora predoctoral en la Universitat de Barcelona