En este artículo explicaremos el noveno de los 10 principios para que las familias puedan ayudar a sus niñas o niños a aprender y tener éxito en la escuela, de la American Psychological Association.
Principio 9: Los niños y adolescentes pueden aprender a regular sus emociones y actitud en situaciones complejas.
Cuando son bebés, las niñas y niños precisan de la ayuda de las personas adultas para regular sus comportamientos y emociones. Cuando un bebé llora no necesita calmarse a sí mismo porque la persona adulta lo cogerá en brazos y atenderá sus necesidades hasta que se calme. Sin embargo, conforme crece necesitará aprender habilidades para regularse y, progresivamente, irá necesitando cada vez menos ayuda de los adultos para controlar sus propias emociones y comportamientos. Esa autorregulación se define como la habilidad de controlar los pensamientos y emociones de forma efectiva, y ello contribuye al bienestar de la persona y a lidiar con retos diarios como el estrés.
La autorregulación incluye la capacidad de concentrarse y mantener la atención en tareas, actividades, organizar sus ideas, controlar el comportamiento, planear y estructurar sus metas y propósitos tanto a corto como largo plazo, controlar la forma en que expresamos los sentimientos y emociones de cara a posibles dificultades y lidiar con las expectativas de cada situación y contextos diarios.
Todas estas habilidades pueden ser enseñadas a través de instrucción, mediante ejemplo y apoyo tanto en el centro educativo como en el hogar.
¿Qué puede hacer la familia?
La familia puede ayudar a la infancia a autorregularse con el ejemplo, apoyo y haciéndoles sentir respetados, valorados y valoradas. Algunas estrategias específicas pueden ser:
- presentar las tareas y lo que esperamos del niño o niña de forma muy clara; que vea claro lo que esperamos de él o ella;
- mostrarle al niño cómo se vería el resultado final de lo que le pedimos que haga. Dale instrucciones, paso a paso, de lo que tiene que hacer e intenta que visualice lo que debe hacer. Por ejemplo, si queremos que ordene la habitación, enseñarle una foto de la habitación ordenada, u ordenarla con él ese día y pueda ver cómo queda para hacerlo la próxima vez igual;
- animarle a practicar la autorregulación antes de que surja una experiencia complicada. Anticiparnos a las circunstancias. Durante la experiencia, refuérzale constantemente lo bien que lo está haciendo. En niños de más edad, podemos preguntarles cómo se han visto ellos mismos en la situación;
- ayudarles a identificar y evaluar las consecuencias a largo y corto plazo de sus decisiones, lo cual le ayudará a relacionar su inmediata decisión y comportamiento con los futuros resultados y consecuencias;
- usar refuerzos positivos, palabras de aliento y apoyo que animen a practicar y mejorar sus habilidades de autorregulación;
- hablar de los sentimientos, preguntarles por qué sienten lo que sienten. Por ejemplo, al leer un libro, hablar de los sentimientos de los personajes. En este punto, recordamos la importancia de la lectura dialógica y sus consecuentes preguntas reflexivas sobre el texto. A la vez que potencia el aprendizaje académico, ensalza y saca a la luz los mejores sentimientos;
- ser ejemplo y modelo de sentimientos apropiados, así como expresión de emociones y reacciones, especialmente en situaciones complicadas. Por ejemplo, si estamos frente al niño intentando abrir una botella y nos estamos desesperando en el intento, expresar nuestro sentimiento y mostrar una correcta manera de lidiar con ello. Por ejemplo, podemos decir “me estoy frustrando al no poder abrir la jarra, así que voy a respirar un poco, dejarlo un minuto o dos y lo volveré a intentar.”;
- enseñar al menor a manejar sus emociones animándole a usar respiración profunda, tomarse un descanso, parar y pensar antes de actuar, etc. Cuando se haya calmado, podemos hablar de lo que ha ocurrido y de cómo mejorar esas respuestas en situaciones similares futuras. Podemos poner ejemplos y hacer “role plays” simulando situaciones para practicar;
- ayudar al niño a entender los sentimientos de las demás personas y mostrar empatía. Por ejemplo, al visualizar dibujos o vídeos, podemos ir parando de vez en cuándo para dialogar y preguntarle qué cree que están pensando o sintiendo los personajes y qué haría él en su situación;
- pedir a los niños de más edad, como adolescentes, que establezcan metas de autorregulación en situaciones complicadas o de retos y hablar con ellos para que evalúen sus progresos de autorregulación.
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Maestro de educación primaria y especialista de inglés