Geoffrey Hinton, cuando era estudiante de su doctorado, descubrió en su estudio sobre la felicidad que los estudiantes más felices mostraban más motivación y mejor rendimiento académico. Además, demostró que crear relaciones sólidas con profesorado y con sus iguales desempeña un papel crucial en la felicidad de los mismos.
El pasado 3 de diciembre nuestra escuela reabrió, después de más de un mes de la inundación por la DANA, y decidimos seguir adelante con la mirada puesta en los principios del aprendizaje dialógico y trabajando en coherencia con el modelo dialógico de prevención y resolución de conflictos, es decir, nuestros rasgos característicos e identidad como Comunidad de Aprendizaje. En la misma línea, nos apoyamos en literatura e investigaciones que nos mostrasen evidencias científicas de impacto social en situaciones de crisis o catástrofes, actuaciones que hubiesen dado los mejores resultados. Las propuestas de Hinton tras la Covid-19 parecían recobrar sentido en nuestra situación actual. Con los pasos que estábamos y estamos dando, siempre buscando este bienestar, sabíamos que supondría lo mejor para nuestro alumnado en un momento como este: felicidad, aprendizaje y las mejores relaciones. Así pues, enfocamos nuestro trabajo en:
- Encontrar el equilibrio adecuado en los desafíos, seguir aprendiendo. Éramos conscientes de que habíamos perdido cinco semanas de clases, y que solo quedaban tres para las vacaciones de Navidad. Por ello no corrimos para hacer todo lo que habríamos hecho, pero no dejamos ni dejaremos pasar ni un día más sin aprendizaje. Reiniciamos la actividad académica con desafíos nuevos que motivan e involucran al alumnado, pero sin prisas ni presiones que les abrumen, encontrando ese nivel óptimo que Vygotsky llamó zona de desarrollo próximo. Reabrir la escuela es volver a propiciar aprendizajes, ilusión por saber; es activar la motivación y las ganas de aprender. E incluso abrir nuevos pensamientos y diálogos “más allá del barro”.
- Cuidar las relaciones sociales. Durante este mes, hemos seguido en contacto, nos hemos ocupado de crear red, hemos hecho conexiones online, visitas entre los que vivíamos más cerca y también hemos hecho nuevas amistades. El primer día fue muy importante estar toda la comunidad unida: familiares, alumnado y profesorado nos tomamos un tiempo para entrar al centro, saludarnos, reír, llorar, abrazarnos, interesarnos y preguntar unos por otros. Fue un momento especial y que todos y todas agradecimos.
- Practicar la gratitud, que es mucho más que dar las gracias, como dice el artículo que habla del conjunto de estrategias de crianza del proyecto Making Caring Common de Harvard. Es importante saber ver hacia quién y por qué sentir gratitud, compartir esa gratitud expresándose y ponerla en práctica, parando en el día a día a pensar motivos o personas por las que dar gracias y hacerlo. Saber poner la mirada en los profesionales y voluntariado anónimo que nos han ayudado nos da esperanza, alegría y nos pone en marcha hacia la reconstrucción. Hemos contestado a cartas de niños de otras escuelas, hemos hecho un mural colaborativo y hemos recordado bonitos momentos y personas que nos han marcado estos días pasados.
- Practicar la solidaridad y apoyar a los demás. En nuestra escuela acogemos 11 aulas de otra escuela. Hemos compartido nuestras normas de baño y de patio, hemos enseñado las instalaciones y nos hemos ofrecido para que nos puedan pedir ayuda si la necesitan. Nos ha sido tan gratificante como cuando hemos recibido ayuda de otras personas.
Una vez más, recurrir a fuentes fiables, buscar qué se ha hecho en situaciones parecidas (que haya dado buenos resultados) ha hecho que esa primera semana haya sido un éxito y suponga un hilo de esperanza en la vida de todas las personas de nuestra comunidad, un reiniciar a una vida que sigue siendo diferente pero que, como siempre decimos en la escuela, juntos y juntas es más fácil. Y somos conscientes de que esto solamente ha sido posible porque ya teníamos mucho trabajo hecho. Trabajar desde hace tiempo basándonos en el modelo dialógico de prevención y resolución de conflictos, y tener presentes en cada momento de la vida escolar (claustro, patio, trabajo en aula, reuniones de familias, formación del profesorado…) los principios del aprendizaje dialógico, nos ha dado las claves para continuar en la línea en que ya estábamos, teniendo claro que los sueños se pueden cumplir y que todo es posible.
[Imagen de la autora]
Maestra de infantil y primaria