Muchas personas creen que Foucault escribió en sus libros la verdad sobre el poder, la sexualidad u otros temas, o al menos lo que él consideraba verdad. No es así. En su libro “Arqueología del saber” afirma: “No he empleado una sola vez el término ‘estructura’ en Las palabras y las cosas”; cualquiera puede comprobar que esa afirmación no es verdad ya que sí empleó ese término más de 70 veces.
¿Está engañando Foucault? Indudablemente sí, pero no según él mismo y quienes alaban su “contribución”. Para Foucault, la verdad no existe y, por tanto, tampoco la falsedad. Para él, no es verdad que usó el término “estructura” y tampoco es verdad que no lo usó. Cuando él afirma que no lo usó, está usando su poder para imponer esa afirmación como verdad, no está diciendo que lo sea. Es decir, como la verdad no existe, se considera verdad lo que afirma quien tiene el poder de imponerla como tal. Según él, todo el mundo hace eso y él también. Por esa razón, todos sus escritos son lo que hoy denominamos fakes.
Lo tienen difícil quienes consideran gran teórico a un Foucault que les impone como verdades afirmaciones claramente falsas. He probado con varias de esas personas a que valoren esa mentira de afirmar que no ha dicho lo que no solo ha dicho y escrito, sino que cualquiera puede comprobar ojeando “Las palabras y las cosas”. Para no aceptar que se someten a las mentiras de ese autor, responden como siempre: “no entiendes a Foucault”. Con esa respuesta tan ignorante, ya no vale la pena meterse en más profundidades como los análisis tan mediocres y falsos que hace de Las Meninas de Velázquez o El Quijote, de las que ya he hablado en “La sociedad dialógica”.
Lo peor de todo es que la defensa del Foucault defensor de la pederastia y la violación se basa en su supuesto gran nivel intelectual, cuando muchas de sus afirmaciones, si se incluyeran en un examen de secundaria, recibirían un suspenso.
Catedrático Emérito de la Universidad de Barcelona. Investigador número 1 del ranking científico internacional Google Scholar en las categorías de "gender violence" y "social impact" (violencia de género e impacto social, respectivamente). Director de REVERS-ED.