Niño abriendo regalos, Periódico Educación

Estamos en unas fechas en las que recibimos y damos regalos a personas de la familia pero también a amistades. Normalmente nos gustaría que nuestro regalo llenara de ilusión a la persona que lo recibe y eso nos lleva a pensar en algo que le guste mucho. 

Si tenemos que regalar a menores quizá nos hayan dicho que les gusta tal cosa, y eso nos influye a la hora de buscar el presente, descartando otras opciones que tal vez pensamos que podrían ser interesantes. Pero el gusto sabemos que está influenciado por lo que dicta el mercado, las modas, y no es del todo libre; por ello podemos aprovechar estas fechas para regalar más libertad, unida a la belleza, verdad y bondad, a través de regalos que rompan con las cadenas que nos van forjando muchas veces de forma inconsciente.   

Se nos pueden plantear ciertas preguntas: ¿qué dice la ciencia respecto a la educación en los gustos personales? ¿Podemos dialogar con menores de forma que posibilite que, quienes quieran, no se dejen presionar por el mercado? ¿Da igual regalar una cosa que otra?

La ciencia nos da una buena noticia: sí que podemos educar en los gustos desde edades tempranas y es un buen momento para empezar a ser esa guía. Sabemos que tener intereses diversos es una de las claves de la felicidad, tal como afirma Bertrand Russell. A través de nuestros regalos, tenemos una oportunidad de ensanchar la mente y el corazón de la infancia. 

Respecto a si da igual regalar una cosa que otra, la respuesta es clara: no. Evidentemente no es lo mismo regalar belleza que fealdad, ¿verdad? Por poner un ejemplo, independientemente de nuestros gustos personales, creo que estaremos de acuerdo en que no es lo mismo regalar el juego “Caca-chaf (pisa la caca)” que regalar el libro de “Cuento de Navidad”. 

Sabemos que no es lo mismo leer un tipo de libros que otros. Lo mismo ocurre en el caso de los regalos; si elegimos regalar la mejor cultura, estaremos contribuyendo a transformar la sociedad, tal como recoge este libro en la idea de que todo en la sociedad se ha construido sobre la base de las interacciones, relaciones y acciones humanas. Si queremos una sociedad más bella, libre de violencia y más culta, podemos empezar por no ceder a las imposiciones más capitalistas y, en definitiva, reproduccionistas. 

La agencia humana siempre ha sido relevante en la transformación del mundo. La Navidad es una época en la que muchas personas soñamos con que los mejores sentimientos lleguen a todas las personas. Ahora también podemos soñar que, a través de nuestros regalos, llegue la mejor cultura, contribuyendo a una sociedad más libre y más bella, sin duda. 

[Imagen: iStock]

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Doctora en Educación. Durante 23 años maestra de pedagogía terapéutica y educación primaria y 8 años directora del CEIP L'Escolaica. Profesora sustituta en la Universidad de Valencia.