El pasado 30 de junio, la Comisión Europea publicaba el informe Caminos hacia el éxito escolar, disponible para su consulta por parte de toda la ciudadanía. El informe incluye orientaciones políticas para mejorar la educación, para todos los gobiernos miembros de la unión, en base a las evidencias científicas y las conclusiones de las evaluaciones realizadas en los diferentes países.

El informe hace un posicionamiento firme en que la educación puede y debe ser una herramienta con la que superar las desigualdades sociales. Nuestros sistemas educativos continúan reproduciendo las desigualdades sociales existentes cuando tienen la capacidad, con las actuaciones pertinentes, de hacer justo lo contrario. Una educación de la máxima calidad en contextos de exclusión puede hacer frente, tal y como están demostrando las investigaciones científicas, al desempleo y la pobreza que se transmiten de generación en generación. Este informe detalla un plan estratégico con medidas muy concretas que ofrecen una oportunidad para que todas y todos, independientemente del contexto en el que han nacido, puedan tener trayectorias de éxito. 

Algunas de estas medidas consisten en:

  1. Promover políticas activas contrarias a la segregación y la adaptación y centrarse en la calidad de los aprendizajes y la promoción de interacciones entre alumnado de capacidades distintas. Por lo tanto, lograr la equidad entre el alumnado no dependerá de los diseños y adaptaciones curriculares, sino de asegurar aprendizajes de alta calidad en todos los contextos. 
  1. Para el logro del éxito han demostrado ser eficaces los proyectos escolares integrales que cuentan con la participación de la comunidad (profesorado, alumnado, familias, voluntariado, agentes sociales, de salud, etc.) en tres aspectos fundamentales: (a) participación en actividades de aprendizaje dentro del aula; (b) participación en las tomas de decisiones centrales en el desarrollo de los proyectos educativos; (c) crear espacios para la formación de familiares en los temas que más necesiten.
  2. Asegurar que la formación inicial y continua del profesorado está basada en investigaciones científicas y no en prácticas no contrastadas.
  3. Fomentar un entorno escolar participativo y democrático que implique a todo el alumnado en la toma de decisiones en el centro y en la creación de contextos escolares seguros libres de todo tipo de violencia.

Cuando nos preguntamos si será la nueva ley educativa española (LOMLOE) una ley que tenga impacto en la superación de las desigualdades y la mejora en el éxito de todos los niños y niñas sin distinción, sabemos que la oportunidad de que así sea depende de que se acerque de forma clara y contundente a estos caminos hacia el éxito escolar; algo que de momento no ha hecho. Mientras la política educativa se aleje de las evidencias científicas seguiremos vulnerando el derecho de todo niño, niña y persona de cualquier edad a recibir la mejor educación posible, en este u otro país. En este sentido, la mayor esperanza la ofrecen todas aquellas escuelas y comunidades educativas que sí trabajan por formarse y aplicar en sus contextos educativos las actuaciones que impulsan caminos hacia trayectorias de éxito. 

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Por Esther Roca

Durante 12 años, maestra de educación especial y asesora de educación inclusiva en la Generalitat Valenciana. Actualmente, profesora de la Universitat de València. Sus líneas de investigación incluyen las Actuaciones Educativas de Éxito en diversidad de grupos sociales y etapas de aprendizaje, la formación docente, la inclusión educativa y la socialización preventiva de la violencia de género.