Aulas que inspiran

La capacidad de escribir y leer es esencial para las personas, aunque parecemos tenerle miedo a que niños y niñas aprendan a leer, ya sea para evitar estrés o para respetar los ritmos biológicos. Sin embargo, sabemos que la “lectura prematura”, como se le suele llamar, se trata de un indicador de éxito escolar. 

A lo largo de la historia han surgido muchas corrientes metodológicas que apuestan por conseguir que los niños y las niñas lean lo más pronto posible. Es dentro de este bloque donde encontramos a Reggio y a Montessori, considerados rompedores en el momento de la creación de unas metodologías que perduran hasta hoy. Entre otras cualidades, estas corrientes han demostrado su efectividad dentro del ámbito de la lectoescritura, proporcionándole al alumnado ventaja en este proceso. Aunque existen diferencias cruciales entre estas dos, podemos ver una coincidencia clave: las aulas ponen cerca del alumnado recursos que ayudan a adquirir el proceso lector. En otras palabras, las aulas propician la curiosidad y fomentan el aprendizaje, el cual, con la colaboración del profesorado, facilita que los niños y las niñas aprendan a leer y escribir con mucha más facilidad y rapidez. 

Se conjugan la curiosidad y el aprendizaje lectoescritor, es decir, alrededor de los intereses del alumnado se desenvuelven técnicas pedagógicas centradas en provocar el lenguaje, nuevas palabras y conceptos. Podemos ver contextos donde la escritura es un método más de comunicación de ideas, provocando a los niños y las niñas a aprenderlo. Gracias a una gran variedad de investigaciones sobre este tipo de metodologías, podemos determinar su efectividad en una gran gama de escenarios distintos. Sin embargo, se requiere más investigación para analizar los efectos que estos puedan producir, así como tu transferibilidad. 

La curiosidad y la creatividad son herramientas muy útiles para aprender. Vemos todos los días niños y niñas jugando mediante el uso de negociaciones complejas sobre el rol que desempeñará cada quien en el juego. No debemos pretender que la adquisición de la lectura y la escritura deba ser siempre un proceso arduo; ya hace tiempo que las letras dejaron de entrar con sangre. Pasemos página y proporcionémosles lo que necesitan desde edades tempranas.

[Imagen: Freepik]
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Estudiante de 3º de Pedagogía de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universitat de València