El éxito de la sociedad dialógica
La característica más mencionada, resaltada por diversas voces, fue la extraordinaria conducta de la ciudadanía. ¿Es posible que el tráfico funcione casi en su totalidad sin semáforos, guardias ni policías, sin metro ni trenes, mientras los pasajeros están preocupados por sus hijos pequeños, familiares enfermos y amigos? ¿Es posible que, en las colas para comprar una linterna o una radio, todos esperen pacientemente, y quienes terminan su compra antes que los demás se tomen el tiempo de informar a cada persona en la fila sobre qué productos aún están disponibles y cuáles no, para que puedan decidir si vale la pena quedarse?
Los ciudadanos españoles han demostrado que esto no solo es posible, sino que realmente ocurrió desde el mediodía hasta la noche del 28 de abril. Sin conexión a internet ni comunicación mediática del gobierno, ciudadanos activos organizaron sus vidas y tomaron decisiones colectivas mediante diálogos efectivos que resolvieron los problemas que les afectaron repentina e inesperadamente. Algunos se convirtieron espontáneamente en líderes natos, regulando el tráfico en las intersecciones donde fallaban los semáforos. En algunos edificios, un vecino bajó a la zona común con una radio que funcionaba, reuniendo a los residentes sin acceso a información en asambleas improvisadas.
Algunos comentaristas, confundidos, afirman que la sociedad dialógica se suspendió durante esas horas, porque el diálogo actual supuestamente depende de internet y cesa cuando se pierde la conexión. Se equivocan. Quienes experimentaron el diálogo comunitario con sus vecinos, familiares y amigos fueron quienes mejor sobrellevaron la crisis y la comprendieron con mayor claridad. Otros argumentan que la gestión digital fracasó durante este período porque no había internet. Por el contrario, los ciudadanos que habían participado previamente en procesos de gestión digital demostraron ser los más preparados para promover, organizar y liderar esos esfuerzos de diálogo colectivo.
En estos días, en el trabajo, en los mercados y en los espacios de ocio, se ha hablado mucho de los desafíos que enfrentaban las personas. Sin embargo, el tema dominante ha sido cómo se superaron mediante el diálogo. Pocas personas se han quedado estancadas en las quejas. La ciudadanía ha demostrado que, en la sociedad dialógica, la gestión digital también se desarrolla más allá de internet.
[Este artículo se publicó por primera vez en Daily 27 el 30 de abril de 2025]
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Catedrático Emérito de la Universidad de Barcelona. Investigador número 1 del ranking científico internacional Google Scholar en las categorías de "gender violence" y "social impact" (violencia de género e impacto social, respectivamente). Director de REVERS-ED.