Un error en los programas de inserción sociolaboral
En muchas iniciativas de inserción sociolaboral con colectivos vulnerables, se ha apostado por desvincular a las personas de sus entornos, realizando programas fuera de sus comunidades con la idea de fomentar su autonomía e independencia. Sin embargo, la experiencia demuestra que esta ocurrencia resulta ineficaz. Sin proximidad ni un ambiente cercano y transformador, muchas personas ni siquiera inician los programas o terminan desvinculándose de ellos.
Esta problemática es analizada en la investigación Comunidad de aprendizaje y empleabilidad. Voces de la mujer gitana, que examina el impacto de las Comunidades de Aprendizaje (CdA) en contextos de exclusión social. El estudio se centra en dos mujeres gitanas que, a través de actuaciones educativas de éxito, han logrado integrarse en el mercado laboral y contribuir a la transformación social de sus comunidades, favoreciendo entornos más sostenibles e inclusivos.
Una de ellas, inicialmente desvinculada del colegio de sus cuatro hijos e hijas, comenzó a participar como voluntaria en grupos interactivos dentro del aula de uno de ellos. Gracias al apoyo del profesorado, se animó a formarse en la misma escuela, acompañada por docentes y la directora del centro. Hoy trabaja como monitora de comedor en la CdA, un empleo que le gusta y le permite conciliar su vida laboral y familiar. En sus propias palabras:
«Antes no estaba tan involucrada con el colegio… no venía casi a las reuniones… Yo dejaba a los niños y ¡hasta luego! No pensábamos en un futuro… Ahora tengo que retomar unos cursos más… En todo momento tengo muchísimo apoyo de las compañeras del trabajo, de las profesoras o de la directora…»
El estudio también resalta cómo las CdA trascienden el ámbito escolar y generan cambios en toda la comunidad. Un ejemplo de ello es el club de valientes violencia cero, basado en el modelo dialógico de prevención y resolución de conflictos. Esta acción involucra al profesorado, las familias y el alumnado, premiando a quienes denuncian situaciones de violencia y fomentando un ambiente de respeto y justicia. Como relata una de las mujeres:
«Antes todo lo de la calle llegaba al cole… Ahora es al revés: lo bueno del cole se lleva a la calle.»
Este estudio muestra que trabajar la empleabilidad en comunidades vulnerables va más allá de conseguir un empleo; es un proceso de transformación social que fortalece comunidades sostenibles. Trabajarla desde el propio entorno no solo facilita la inserción laboral, sino que la hace sostenible al basarse en redes de apoyo y recursos locales. De este modo, las CdA se perfilan como una estrategia efectiva para reducir desigualdades y fomentar la cohesión social, permitiendo a las mujeres gitanas superar barreras de género y etnia en el mercado laboral. Aunque esta investigación se basa en dos casos concretos, invita a futuras investigaciones a explorar cómo los factores estructurales, como las políticas de ayuda social y otros programas compensatorios, pueden integrarse con estos proyectos comunitarios para contribuir realmente a la inclusión social y laboral de más mujeres gitanas.
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Licenciada en Pedagogía y profesora de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Valencia