La American Psychological Association (asociación americana de psicología) nos regala una guía muy práctica con 10 principios para que las familias puedan ayudar a sus niñas y niños a aprender y tener éxito en la escuela. Hoy compartimos el primer principio de la guía:
Principio 1. Los niños y niñas persisten y aprenden mejor cuando creen que su inteligencia puede mejorar.
Las personas, incluidos niños y niñas, tienen diferentes creencias sobre la inteligencia: unas personas creen que la inteligencia se puede trabajar y mejorar practicando, esforzándose o usando diferentes estrategias; y otras personas creen que la inteligencia es fija y no puede cambiar, es decir, o eres bueno en algo o se te da mal. El hecho de tener una creencia u otra respecto a la inteligencia marcará la diferencia en su aprendizaje. Las niñas y los niños que creen que la inteligencia puede incrementar con esfuerzo y esmero tienden a trabajar más, intentan aprender y mejorar, están más decididas y decididos a tomar riesgos, cometer errores e intentar realizar tareas complicadas. Por el contrario, quienes creen que la inteligencia viene dada y no se puede mejorar tienen como motivación de trabajo no sentirse ignorantes, y evitan tareas complejas. Además, se muestran inseguros ante retos y se aferran a las tareas fáciles. Intentan mostrar que son inteligentes realizando rápidamente tareas sencillas. Este último tipo de creencia hará que el niño o niña esté muy poco dispuesto a tomar riesgos y sienta más presión para no cometer errores, porque estos significarían para ellos que no son inteligentes.
¿Qué puede hacer la familia?
Los y las familiares pueden ayudar haciendo ver al niño o niña que la inteligencia puede cambiar, y que pueden volverse más inteligentes y mejores en sus tareas. Para ello pueden utilizar estrategias como enfocarse en el esfuerzo en lugar de la habilidad, ya que el esfuerzo es algo que el niño o niña puede controlar. También es importante dar un feedback (respuestas) positivo. La guía nombra unos consejos prácticos sobre esto:
- Explica al niño o niña que el éxito y fallo son resultado de sus esfuerzos, y no tanto de sus habilidades. Cuanto más practique una tarea, mejor se volverá en ello. Si saca buena nota en una prueba (como puede ser de “expresión oral”), remárcale que lo ha hecho genial porque ha estudiado, se lo ha preparado, en lugar de decirle que “se le da bien expresarse oralmente”.
- Premia la persistencia del niño o niña en resolver algo. Señala las estrategias que has visto que ha usado y han sido útiles y anímale a resolver otros problemas más complejos la próxima vez.
- Aclárale que los fallos son comunes, parte del aprendizaje y una oportunidad para aprender y mejorar. Por ejemplo, explícale que todo el mundo comete errores y eso significa que estaba intentando algo complicado, llegar lejos; y que es bueno intentar superar retos. Pregúntale qué ha aprendido de su error para mejorar la próxima vez. Puedes comentar y compartir con el niño o niña cómo superaste tú alguna tarea compleja con diferentes estrategias, con más esfuerzo o práctica.
- Cuando el niño o niña tenga una tarea complicada que hacer, fíjate cuando no parezca esforzarse mucho. Es posible que sea porque sienta miedo a fallar y no quiera parecer ignorante. Recuérdale que los fracasos o contratiempos son parte del proceso de aprendizaje.
La familia puede marcar la diferencia respecto a la idea que el niño o niña tiene sobre la inteligencia, y esto tiene un gran impacto en su éxito escolar.