En los últimos años la Unión Europea ha lanzado varios llamamientos a todos los países miembros indicando que la investigación ya ha aportado evidencias de cómo las políticas educativas pueden lograr la calidad y la inclusión de los sistemas escolares de manera simultánea, sin tener que elegir por una u otra. En cambio, los análisis indican que los sistemas educativos en la mayoría de los estados no están logrando disociar los resultados educativos del entorno socioeconómico. ¿Qué avances aportará la LOMLOE al respecto?
El pasado mes de julio salía publicado el libro ¿Qué hay de nuevo en la LOMLOE? En él se incluye el capítulo “La reforma educativa actual en el contexto europeo” en el que, junto con Ramón Flecha, analizamos la LOMLOE a la luz de la investigación y el marco educativo europeo actual.
Sabemos que la educación es una forma poderosa con la que las sociedades podemos generar logros en la superación de las desigualdades sociales. La investigación aportó importantes contribuciones al respecto cuando en los años 60 y 70 empezaron a extenderse las teorías reproduccionistas de Coleman, Althusser o Bourdieu, cuya base era una elemental confusión entre correlación y relación causal y su consecuencia, unas expectativas negativas que aumentan las desigualdades. España fue unos de los países que posteriormente, en los años 90, introdujo en sus reformas y políticas educativas algunos de estos bulos reproduccionistas que siguen presentes en la reforma actual.
Una de las diferencias más importantes entre los países que consiguen romper el círculo de la desigualdad entre el alumnado y los que no lo consiguen es la medida en que sus reformas educativas están basadas en evidencias científicas de impacto social o no. El avance de la Comisión Europea hacia políticas en educación que incorporen la investigación de impacto social es una prioridad ante la cual la política educativa española todavía presenta resistencias.
En este capítulo se introducen alternativas para que la LOMLOE sea «un camino hacia el éxito escolar«. Respondemos a ello analizando 4 criterios esenciales que destacan las últimas recomendaciones europeas, su relación con la investigación científica y su presencia en la reforma actual. Estos criterios son:
- impulsar proyectos escolares integrales que cuenten con la participación de la comunidad en su diversidad;
- crear políticas activas contrarias a la segregación y la adaptación, centrándose en la calidad y extensión de los aprendizajes, así como en la promoción de interacciones entre alumnado de capacidades distintas;
- incluir la educación social y emocional, la prevención del acoso y la salud mental y física en los programas educativos, con base científica y desde la educación infantil en adelante;
- asegurar que la formación inicial y continua del profesorado está basada en investigaciones científicas de impacto social.
Una LOMLOE basada en evidencias científicas daría respuesta a una demanda de la ciudadanía, a la que le preocupan los frecuentes cambios en legislación educativa, no tanto por la frecuencia sino por la falta de garantías claras. Sería una respuesta, también, a las cada vez más familias que se están asociando para reclamar una educación que logre el éxito para sus hijos e hijas y para todos los niños y niñas sin distinción.
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Durante 12 años, maestra de educación especial y asesora de educación inclusiva en la Generalitat Valenciana. Actualmente, profesora de la Universitat de València. Sus líneas de investigación incluyen las Actuaciones Educativas de Éxito en diversidad de grupos sociales y etapas de aprendizaje, la formación docente, la inclusión educativa y la socialización preventiva de la violencia de género.