La mayor parte de lo que se dice y escribe sobre las orientaciones para evaluar documentos como el DORA y el COARA tiene errores elementales porque confunden dos tipos de evaluación muy diferentes: para contratar y para acreditar. En la mayoría de países, no existe la acreditación previa a la convocatoria para contratar; por eso esas orientaciones están pensadas para las evaluaciones que hacen las universidades para contratar en convocatorias a las que se presenta y se preselecciona a poco profesorado.

En concreto, cuando se propone evaluar la calidad del contenido de las publicaciones e investigaciones se tiene en cuenta que las personas del comité de selección para contratación tienen tiempo de hacerlo. El error más frecuente entre quienes critican el avance muy positivo que están dando nuestras agencias de evaluación es reclamar la aplicación de esa orientación a las evaluaciones de sexenios y de acreditaciones, donde los comités no tienen tiempo de leer las investigaciones y publicaciones de una gran cantidad de candidaturas.

La lectura y evaluación del contenido de investigaciones y publicaciones se puede hacer y tiene que hacerse en los concursos de contratación que se realizan dentro de cada universidad. La evaluación de los sexenios y acreditaciones tiene que hacerse sobre los indicadores de su calidad, puesto que su contenido ya ha sido evaluado en las convocatorias de proyectos de investigación, en las revistas científicas donde están las publicaciones y en las citas de las mismas por parte de la comunidad científica internacional.

Quienes reclaman que en las acreditaciones o sexenios se tiene que valorar la calidad y contenido de las publicaciones e investigaciones de las numerosas candidaturas faltan a la verdad y encubren una arbitrariedad; consciente e inconscientemente, son cómplices de una arbitrariedad que antes del 2007 tanto había favorecido la mediocridad y el acoso sexual en la academia.

[Imagen: Freepik]

Por Ramón Flecha

Catedrático Emérito de la Universidad de Barcelona. Investigador número 1 del ranking científico internacional Google Scholar en las categorías de "gender violence" y "social impact" (violencia de género e impacto social, respectivamente).