Si no venís a trabajar, no estorbéis

La educación basada en evidencias científicas de impacto social es crucial para el desarrollo democrático de las sociedades y para la posibilidad del éxito educativo para todo el alumnado. Las mayores mejoras de resultados se están consiguiendo con la implementación de las actuaciones educativas de éxito basadas en esas evidencias, gracias al esfuerzo continuo de profesorado, familiares y voluntariado.

Una de las principales barreras para esa mejora la crean entidades y personas que no realizan ese trabajo continuo en las escuelas de alta complejidad y acuden a ellas a atribuirse unas mejoras de resultados que su actuación no solo no crea sino que los dificulta. Entidades que necesitan seguir recibiendo subvenciones buscan beneficiarse de las escuelas, generando dependencia y desafíos, especialmente en aquellas que hay más población vulnerable, lo cual hace todavía más rechazable su intromisión.

La reclamación de quienes llevamos años y décadas trabajando continuamente en esas escuelas es clara: si queréis contribuir a la mejora venid a trabajar codo con codo con quienes ya lo estamos haciendo. Si no lo hacéis, no estorbéis más, id a buscar retribución, fama y reconocimiento a otros lugares, no a costa de estas niñas y niños.

El objetivo de ciertas entidades no es la mejora educativa sino la justificación de su propia existencia. Es decir, la prioridad es mostrar la necesidad de su organización, más que el foco en el impacto social de las medidas empleadas. Sin participar de forma voluntaria en los centros, pretenden atribuirse los logros conseguidos gracias al trabajo tanto de profesionales como de otras personas voluntarias que llevan años colaborando. Este hecho hace que se diluya el trabajo comunitario y puede provocar la pérdida de sentido, ya que la finalidad no es la calidad educativa sino la dependencia hacia dichas organizaciones. No podemos obviar que existen entidades de base que realizan un trabajo maravilloso, pero es cierto que en contextos vulnerables la intromisión de determinadas entidades que no mejoran la educación también está muy presente.

Hemos visto ya demasiadas veces cómo, cuando los objetivos están alineados con las necesidades de la comunidad, la participación aumenta, fomentando que toda la comunidad trabaje junta hacia metas compartidas. Pero, cuando una entidad lidera este protagonismo, se diluye el papel de la comunidad. En entornos vulnerables, es común la creación de líderes o asociaciones “salvadoras”. Estas entidades a menudo se centran en sus beneficios en lugar del éxito educativo, y no contribuyen a la mejora educativa. Beneficios que no tienen que ser directamente económicos, sino que también pueden ser de reconocimiento personal o de otros beneficios que se alejan de los retos educativos que persisten en dichas comunidades más vulnerables.

En definitiva, la participación comunitaria y la claridad en los objetivos educativos son claves, y son estos los que garantizan un sistema educativo sólido y sostenible que potencie la mejora social de todo el alumnado. Sabemos ampliamente que la verdadera mejora educativa surge cuando la comunidad trabaja conjuntamente con el objetivo de la calidad educativa y las altas expectativas para su alumnado sin depender de asociaciones o entidades externas.

[Imagen: Freepik]

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Por Carme Garcia

Profesora agregada de la Universitat Rovira i Virgili