La comprensión lectora es clave para el éxito educativo –comprender textos científicos, de historia, de literatura, enunciados matemáticos bien escritos, la capacidad de argumentación…– Es por eso que los responsables de la educación, docentes, familias… debemos conocer la realidad de la comprensión lectora de nuestros niños y niñas.

Ya tenemos los resultados de PIRLS 2021, Progress in International Reading Literacy Study de la IEA, (International Association for the Evaluation of Educational Achievement). El estudio se realiza desde el 2001 cada cinco años, España ingresó en él en 2006. El objetivo, evaluar la comprensión lectora del alumnado en su cuarto curso de escolarización obligatoria (4º de primaria en España). 

PIRLS define la comprensión lectora como “la habilidad para comprender y utilizar las formas lingüísticas escritas requeridas por la sociedad y/o valoradas por el individuo. Los lectores son capaces de construir significado a partir de una variedad de textos. Leen para aprender, para participar en las comunidades de lectores del ámbito escolar y de la vida cotidiana, y para su disfrute personal” .

El estudio analiza dos marcos conceptuales, el primero: propósitos de lectura (con dos dimensiones: tener una experiencia literaria y adquirir y usar la información); el segundo: procesos de comprensión (con cuatro dimensiones: localización y obtención de información explícita; extracción de conclusiones directas; interpretación e integración de ideas e informaciones y análisis y evaluación del contenido y los elementos textuales).

Analizando los resultados de 2021 podemos ver cómo la puntuación media de España es 521 y se sitúa significativamente por debajo del promedio OCDE-28 que es 533 y del total de la Unión Europea (UE) que es 528. Ya en el 2016 estábamos por debajo de ambos promedios, España estaba en 528 puntos, mientras el conjunto de países OCDE presentaba una media de 540 puntos y el total de la UE, 539. No hemos, todavía, conseguido llegar y/o superar los promedios internacionales. 

Si nos fijamos en los resultados de propósitos de lectura: España obtiene un rendimiento medio estimado de 522 puntos, por debajo del promedio OCDE-28 que es de 532 y del total UE que es de 527. Si nos fijamos en el propósito de experiencia literaria, el conjunto de España es de 520 puntos y de nuevo queda por debajo del promedio OCDE-28 que es de 535 y del total UE que es de 530. 

Si atendemos los resultados por procesos de comprensión: La puntuación media estimada de España para las dos primeras dimensiones es de 522 puntos, mientras que el promedio OCDE-28 es de 532 y el del total de la UE es de 529. En las dos últimas dimensiones, España se sitúa en los 520 puntos, una vez más y como en todos los resultados del estudio, por debajo del promedio OCDE-28 que es de 534 y del total UE que es de 528.

Un análisis de resultados más completo y exhaustivo en castellano se puede ya consultar en PIRLS-2021.

Seamos claros: ante estos resultados hay dos opciones: comprometerse y responsabilizarse para una mejora o no hacerlo. Miles de profesores en España y en el mundo se forman y garantizan a su alumnado prácticas basadas en evidencias científicas como las Tertulias Literarias Dialógicas, la lectura dialógica y muchas otras que ya han demostrado que contribuyen a la mejora de la comprensión lectora. Esperamos que sean los menos o ninguno los niños y niñas que puedan ser injustamente afectados por las decisiones de las personas adultas. Nos referimos a responsables de la educación, técnicos, profesorado universitario, formadores, maestros que, aun sabiendo estos resultados, decidirán no cambiar para seguir igual o introducir prácticas educativas de las que desconocen sus efectos.  Esperemos que sean los menos porque en el s.XXI el derecho a la educación ya es insuficiente en términos de accesibilidad al sistema educativo. Ya no se concibe un compromiso con el derecho a la educación si no va unido a la calidad, a la evidencia científica y al progreso.

[Imagen: Pixabay]

image_pdfPDF
+ posts

Doctora en Educación. Profesora en la Universitat de Barcelona. Profesora de ciclos formativos. Educadora Social