El 23 de abril es un día que transmite alegría, cultura, esperanza y deleite. 

El Día Internacional del Libro se celebra de muy distintas maneras en diversos lugares, pero aúna al tejido social alrededor de la cultura, la creación literaria, el goce de la lectura y las historias; así se relaciona con la tradición y las raíces de los pueblos, las culturas y las personas.

En algunos lugares se regalan rosas y libros en esta misma fecha, como en la Diada de Sant Jordi en Catalunya. En otras ciudades se reúnen los lectores, editores y escritores en las ferias del libro, como la de Salamanca, y también se celebran certámenes y se aprovecha para entregar galardones literarios, como el premio Cervantes. Pero en todas partes se promueve el gusto por la lectura y el disfrute del mundo de las letras.

La fecha en la que murieron tres autores universalmente reconocidos por sus obras, como son Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega, se erige como un gran escenario que rinde homenaje a la lectura y al mundo de la cultura. Don Quijote de la Mancha, Romeo y Julieta, Otelo… son obras que resuenan en una fecha como esta. Cervantes y Shakespeare son, seguramente, dos de los autores más trascendentales de la historia de la literatura universal, por lo que es de justicia aprovechar la coincidencia del calendario, sea gregoriano o juliano, para poder conmemorar todos los años un elemento tan importante, como fue reconocido en 1988 por la UNESCO.

La tradición de ver a familias, parejas, amistades, al fin y al cabo, a la ciudadanía, rodeados de libros y compartiendo tiempo alrededor de la lectura durante este día, tiene un gran valor social y genera un fuerte impacto en las vidas de los niños y las niñas. Las historias escritas en los libros, cuando se comparten en base a los sentimientos y a valores sociales de solidaridad, justicia y libertad, y se envuelven en las tradiciones que se transmiten de generación en generación, permiten soñar y hacer realidad los retos de mejora de la sociedad.

La educación tiene un papel primordial en el mantenimiento, valoración e impulso de esta fecha, como también para su trascendencia en el día a día del alumnado, del profesorado y de la comunidad educativa. La escuela puede promover actividades en estas fechas y puede llevar a las aulas, durante todo el año, actuaciones educativas como las tertulias literarias dialógicas, que generan un gran impacto en las vidas de las personas, a nivel sentimental, académico y social. La lectura y el diálogo sobre los libros son elementos imprescindibles para el avance social y el futuro del mundo.

¡Feliz Día del Libro!

[Foto: Unsplash]

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