Recientemente, el profesorado se ha puesto manos a la obra para organizar el inicio de curso que, en breve, acontecerá (o quizá ya ha empezado) en todas las etapas educativas relativas a los y las menores de edad. Comienzan, pues, los preparativos de las primeras reuniones que los y las docentes convocaremos para las familias de nuestro alumnado. En muchas ocasiones, estos preliminares van cargados de poca ilusión, pesimismo, queja… y también como un espacio que para las familias puede ser de desgana, sensación de pérdida de tiempo o de que no les aportará nada nuevo…
¡Todo eso debe cambiar! Está en nuestras manos, las de los y las profesionales de la enseñanza, hacer un giro radical en el planteamiento de las reuniones de inicio de curso, y posteriores, para aprovecharlas al máximo y volver a reencantarnos, familiares y profesorado.
Algunas claves para intentar maximizar estos momentos serían:
- Facilitar la asistencia
- Elegir qué temas tratar para que tengan sentido para las familias (podemos preguntar por sus preocupaciones también)
- Tener en cuenta en qué aspectos poner el foco
- Prestar especial atención al diálogo igualitario
En primer lugar, si deseamos afluencia de asistentes, sería necesario sondear las franjas horarias y días de la semana en los que hay mayor posibilidad de concurrencia. Es una tarea sencilla, pues existen diversos sistemas (anónimos o no) para poder averiguarlo. Así, facilitaremos que puedan acudir más personas.
También es básico tener bien organizados los temas a tratar en las reuniones y en qué poner el foco de lo importante. Desde infantil a secundaria, la reunión de inicio de curso nos brinda una oportunidad “de oro” para compartir con las familias aspectos generales de lo que las evidencias científicas nos dicen, proporcionándoles herramientas que aparecen en la plataforma Adhyayana, en Sappho o en la publicación online Periódico Educación, que aportan datos e ideas muy interesantes para la educación de los niños y las niñas. Podemos aprovechar para animar a que elijan temas de estas plataformas sobre los que poder dialogar en otras reuniones, demostrando que en la escuela se le da mucha importancia al aprendizaje (que siempre va unido a la convivencia).
Por último, para intentar crear un clima dialógico en el que todas las personas se sientan bien, respetadas, no juzgadas, con ganas de aportar… los y las docentes tenemos la responsabilidad de situarnos en un plano de igualdad con las demás personas con las que nos comunicamos. Eso significa que conversamos con ellos y con ellas sin imponer nuestra opinión ni ejercer nuestra posición de poder (por el mero hecho de ser el maestro o la maestra), sino aportando argumentos de validez, permitiendo y moderando las intervenciones, las preguntas, las dudas, escuchando, sin permitir faltas de respeto hacia nadie, teniendo en cuenta a todos y a todas y cuidando los actos comunicativos.
Si todo esto lo acompañamos de ilusión, seremos más capaces de contagiarla al resto y de construir entre todos y todas una relación familia-escuela que favorezca el entendimiento y la mejora educativa. ¡Aprovechémoslo!
[Imagen: Freepik]
Maestra de educación infantil y primaria