Transformando la educación y creando un futuro mejor

El presente artículo ha sido creado de manera dialógica con la propia herramienta ChatGPT, así como con personas que se dedican al desarrollo y programación de inteligencia artificial (IA).

Desde noviembre de 2022 existe una preocupación o debate social, educativo, científico y tecnológico sobre los retos e interrogantes que plantea la nueva herramienta (todavía en fase de pruebas) basada en inteligencia artificial, llamada ChatGPT. Si se lo preguntamos directamente a la herramienta podemos establecer la siguiente interacción:  

“¿Puedes explicar qué es ChatGPT a una persona que no sabe qué es la inteligencia artificial?”

“ChatGPT es un programa de computadora que imita la conversación humana. Ha sido entrenado con muchos ejemplos de texto para ser capaz de responder a preguntas y realizar tareas de manera similar a como lo haría un ser humano. Al hablar con ChatGPT, puedes preguntarle cosas y esperar una respuesta coherente y precisa. Es un tipo de tecnología que se está utilizando cada vez más en aplicaciones como chatbots y asistentes virtuales, para ayudar a las personas a obtener información y realizar tareas de manera más fácil y rápida.”

Respuesta de ChatGPT

ChatGPT es una herramienta con la que poder establecer un diálogo en el que el usuario o usuaria realiza preguntas u órdenes concretas sobre cualquier temática que podamos imaginar, a las que ChatGPT va dando respuestas. En general, cuanto más concretas sean las preguntas, más específicas serán las respuestas. En estos momentos la herramienta está disponible gratuitamente y puede ser utilizada por todo el mundo, no solo por las personas que entienden de programación. Un hecho que, a día de hoy, marca un nuevo hito en el desarrollo de modelos de lenguaje a gran escala, tanto en investigación como en implementación. Un desarrollo que da la sensación de haberse acelerado durante los últimos meses. Ahora cualquier persona con acceso a internet puede producir fragmentos de texto a demanda que a menudo son difíciles de distinguir del texto escrito por humanos. Pero dicho progreso está generando muchas consecuencias imprevistas y preguntas aún sin responder. Por ejemplo, la información que nos proporciona, ¿hasta qué punto es material o conocimiento nuevo o un mero plagio de trabajos ya existentes? En esta misma línea, ¿de quién depende la propiedad de las informaciones que proporciona? Preguntas que por el momento no tienen respuestas o, por lo menos, no están consensuadas.

Desde hace más de dos décadas, en 2001, sistemas de acceso abierto como Wikipedia se han preocupado de crear sistemas transparentes y democráticos de acceso al conocimiento, generando un espacio donde toda la sociedad tiene la posibilidad de introducir conocimientos y editar los de otros, siempre con las pertinentes referencias que justifiquen las informaciones. El acceso abierto al conocimiento ha sido y sigue siendo un desarrollo que fomenta el derecho de todas las personas al conocimiento y a la información, superando barreras económicas o culturales. En esta línea plataformas como Stack Overflow han generado espacios de debate abiertos (en este caso para programadores) donde los y las usuarias pueden plantear sus preguntas y la propia comunidad ofrece soluciones y valora la calidad de estas. Así cada vez más recursos se están poniendo a disposición de la ciudadanía para generar espacios de intercambio de conocimiento abiertos superando barreras elitistas o feudales. Según la Comisión Nacional de Seguridad de Estados Unidos, no tenemos referencias históricas para calibrar el impacto de la inteligencia artificial, pero sugiere que estamos ante algo más que un gran hallazgo tecnológico, una revolución a escala mayor, al nivel de la revolución eléctrica. Ya en 2021 apuntaba la necesidad urgente de “invertir lo que sea necesario para mantener su liderazgo [Estados Unidos] en innovación, utilizar responsablemente la IA para defender a las personas libres y las sociedades libres, y hacer avanzar las fronteras de la ciencia para el beneficio de toda la humanidad”. Partiendo de este posicionamiento, cabe destacar algunos retos que plantea a nivel social, científico y educativo hoy en día, el desarrollo de herramientas como ChatGPT: 

1. En primer lugar, la necesidad urgente de trasladar los debates que surjan a toda la sociedad, traspasando los muros de la academia y la tecnología, y dar la oportunidad a la ciudadanía a decidir y conocer los retos que estos avances plantean. Sin caer en debates apocalípticos (alarmistas) sobre la inteligencia artificial como un fenómeno que nace para acabar con la sociedad como la entendemos, promoviendo una perspectiva crítica sobre las oportunidades que esta nos brinda para seguir democratizando el conocimiento.

2. Para que esto sea posible, urge el diálogo interdisciplinar. Desde hace años los organismos internacionales reivindican la necesidad de establecer mecanismos de colaboración entre: 

  • las distintas disciplinas del conocimiento, ya que no puede entenderse hoy que físicos, matemáticos, ingenieros y programadores estén desarrollando herramientas sin analizar con científicos sociales los impactos que estas pueden tener a nivel social;
  • ciencia y política, ya que todos los avances científicos deben promover los avances políticos con el fin de buscar las formas legales y organizativas de implementar transformaciones éticas y democráticas que beneficien a toda la ciudadanía; y 
  • ciencia, política y sociedad, por los motivos expuestos en el punto 1. 

3. Una educación global, crítica y comprometida capaz de afrontar los retos de las sociedades actuales. Los avances científicos, como el presente de la IA, ponen de manifiesto la necesidad del profesorado de educación infantil, primaria, secundaria y superior de: 

La propia herramienta ChatGPT, cuando es preguntada por los retos que la misma plantea, apunta:

“algunos colectivos pueden resistirse a adoptar tecnologías IA y rechazar los cambios en sus roles y responsabilidades. […] Es importante que se aborden estos desafíos con un enfoque proactivo y que se brinden oportunidades para la formación continua […]”.

Respuesta de ChatGPT

Ante la posible resistencia al cambio, cabe abogar por el conocimiento. Los avances científicos y tecnológicos pueden suponer mayores riesgos u oportunidades en función de las finalidades para las que se desarrollen y los usos democráticos que les acabe dando la sociedad. Los desarrolladores de ChatGPT todavía no han implementado sistemas de transparencia suficientemente rigurosos que permitan saber si las informaciones que genera son evidencias contrastadas o mentiras. De hecho, parece que el programa esté optimizado para generar respuestas que parezcan concluyentes e irrefutables en detrimento (intencionadamente o no) de la aportación de evidencias contrastadas. Por todo esto, ciudadanía, revistas científicas, y plataformas están reivindicando mayor transparencia e información a sus desarrolladores sobre los recursos que utiliza ChatGPT para crear sus respuestas, así como el hacer más visible que muchas de estas son falsas

El debate científico, social y tecnológico está contribuyendo a la democratización de la herramienta. Atendiendo a los retos y oportunidades educativas que esta plantea, desde la ciencia, la educación y la sociedad debemos preguntarnos ¿cómo nos posicionamos ante avances así? ¿Dejaremos que la tecnología decida por nosotros y nosotras o participaremos de los avances para que sean alcanzables para toda la humanidad?

[Imagen: Unsplash]

Por Mar Joanpere

Profesora de sociología en la Universitat Rovira i Virgili