La muerte del Papa Francisco está siendo tratada con mucha excelencia por muy diversos medios, resaltando múltiples dimensiones. En PE no queremos repetir lo que ya dicen muy bien esos medios, sino resaltar una dimensión complementaria con ellos que entra en el corazón de nuestro ámbito educativo. El Papa Francisco dejó claro que
“la educación se propone como el antídoto natural de la cultura individualista, que a veces degenera en un verdadero culto al yo y en la primacía de la indiferencia».
El derecho a la educación y el derecho a la ciencia pertenecen a todas las personas y tanto entre quienes los fomentan como entre quienes los perjudican hay individuos y grupos de todas las ideologías y creencias. Francisco ha sido el primer Papa jesuita y no hay ninguna duda de que, como todos los demás grupos, los jesuitas han hecho de todo en educación. En este artículo destacamos una de sus aportaciones más positivas.
Nos hacemos eco del excelente artículo de un gran conocedor de la pedagogía ignaciana y de su relación con las evidencias científicas que generan mayores mejoras educativas, «el aprendizaje dialógico en la educación jesuita«.
El autor dice: “en el presente trabajo sostengo que el aprendizaje dialógico es una buena aportación a las concreciones de la pedagogía propia de los jesuitas”. Alberto Gilsanz Mir realiza esa afirmación con base en su trabajo investigador que incluye “una revisión teórica de los vínculos de la literatura educativa ignaciana propia de los jesuitas (desde 1549) y el aprendizaje dialógico”. Pero también incluye una colaboración activa en la práctica, en asegurar así el derecho a la educación para todas y todos.
El Papa Francisco dejó claro que “todos tienen derecho a la educación, nadie debe ser excluido”. Tanto la pedagogía ignaciana como el aprendizaje dialógico se llevan a cabo, entre otros muchos sitios y contextos, en muchas de las poblaciones más pobres del mundo. Donde trabajan conjuntamente, ya se están logrando superar importantes exclusiones educativas y sociales. Esperemos que los cambios que ahora se avecinan sigan promoviendo ese impulso que tanto necesita el derecho universal a la educación.
Terminamos este artículo con una tercera cita del Papa Francisco, que descanse en paz:
“Si en el pasado los derechos de las mujeres, de los menores, de los más débiles no han sido respetados siempre, hoy nos comprometemos a defender con firmeza esos derechos y enseñar a las nuevas generaciones a ser voz de los sin voz. Por tanto, la educación nos pide repudiar y denunciar cualquier violación de la integridad física o moral de cada individuo”