¿Es una ilusión la percepción del declive moral?

Sí. Así lo demuestra un estudio con una muestra de 12.492.983 personas de, al menos, 60 países del mundo llevada a cabo por los psicólogos Adam Mastroianni –Universidad de Columbia– y Daniel Gilbert –Universidad de Harvard. 

Tanto la nota de Nature como el artículo en sí fueron publicados el 7 de junio, y son de libre acceso para todo el mundo.

La noticia que presenta el artículo lleva por título “La moralidad está en declive, ¿verdad? Científicos dicen que esa idea es una ilusión”. La podéis encontrar en este enlace y podéis tener acceso al artículo científico “La ilusión del declive moral”,  con todos sus resultados y conclusiones, a través de este otro enlace.

Llama la atención una de las conclusiones que los dos científicos destacan en el resumen de su investigación: 

La percepción del declive moral es generalizada, perdurable, infundada y fácil de producir.

Y, desde el ámbito educativo y social, aún debemos prestar más atención si cabe a la consecuencia que deducen de esa afirmación: 

Esta ilusión [el declive de la moralidad] tiene implicaciones en la investigación sobre aspectos como: la mala asignación de recursos escasos, la infrautilización del apoyo social y la influencia social.

Con la intención de demostrar los errores en los que se basa la percepción generalizada de que estamos ante sociedades en un continuado “declive moral”, los investigadores ponen en contradicción otros resultados obtenidos en su investigación:

Primero, destacan respuestas generalizadas que también se podían obtener de los mismos grupos de personas que constataban el “declive moral” de la sociedad, una percepción que no se correspondía con su respuesta cuando se incluían preguntas sobre la moralidad de personas cercanas que conocen bien.

Por otro lado, los autores también observan que las sociedades actuales guardan registros claros de una significativa disminución a lo largo de los últimos siglos de comportamientos extremadamente inmorales, como sin duda son: matanzas, conquistas, esclavitud y sometimiento, asesinatos y violaciones. 

Entonces, ¿qué factores promueven esa ilusión de “declive moral”?

Los investigadores sugieren que, cuando dos fenómenos psicológicos bien establecidos funcionan en tándem, pueden producir esa ilusión de declive moral. Los dos fenómenos que destacan especialmente son:

  • Los seres humanos somos especialmente propensos a buscar información negativa sobre los demás y a prestarle atención. Además, los medios de comunicación fomentan esa tendencia centrándose de manera desproporcionada en las personas que se comportan mal. 
  • Cuando las personas recordamos acontecimientos positivos y negativos del pasado, tendemos a recordar los positivos y olvidar los negativos, generando un efecto de ‘memoria sesgada’ sobre el pasado. 

Y algo que nos debería poner en especial alerta es que, una vez demostrado que se trata de una ilusión pero, al a vez, un fenómeno sólido, asentado profundamente en nuestras sociedades, los investigadores comparten que esta ilusión puede tener graves consecuencias en decisiones políticas que afectan directamente a la ciudadanía y al progreso y mejora de las sociedades. Entre estas graves consecuencias destacan tres en niveles diferentes de impacto social: (a) políticas sociales a implementar, (b) relaciones interpersonales y (c) estrategias dirigidas a la captación del voto durante el periodo de campaña electoral.

En cuanto a la priorización de políticas a implementar (a), comentan: 

(…) en el 2015, el 76% de los estadounidenses estaban de acuerdo en que ‘abordar la decadencia moral del país’ debería ser una alta prioridad para su gobierno. Estados Unidos se enfrenta a muchos problemas bien documentados: el cambio climático, el terrorismo, la injusticia racial o la gran desigualdad económica, pero, sin embargo, la mayoría de los estadounidenses creía que su gobierno debería dedicar sus recursos a una tendencia imaginaria.

Por otro lado, destacan que esta “ilusión del declive moral” no solo afecta a las decisiones políticas, sino también afecta negativamente a las relaciones interpersonales (b):  

(…) Por ejemplo, las investigaciones demuestran que las personas son reacias a buscar la ayuda y el consuelo de quienes no conocen porque subestiman la disposición de esas personas a proporcionárselos. La ilusión del declive moral puede ser una de las razones por las que las personas no esperan tanto como podrían de la amabilidad de los extraños.

Esto, a su vez, parece que también refuerza la “ilusión del declive moral”.  

Finalmente, esa ilusión también puede promover que la gente sea peligrosamente susceptible a la manipulación por parte de actores oportunistas. Mastroianni i Gilbert finalizan con la siguiente observación a partir de los resultados obtenidos y los efectos que pueden tener sobre estrategias dirigidas a la captación de voto (c): 

Los estudios demuestran que las personas se ven especialmente influidas por las ‘normas dinámicas’, que son cambios percibidos en la forma habitual de comportarse. Si la falta de moralidad es motivo de preocupación, el declive de la moral puede ser una auténtica llamada a las armas, y los líderes que prometen detener ese declive –‘hacer que América vuelva a ser grande otra vez’ [to ‘Make America Great Again’]- pueden tener un gran atractivo. 

Sin duda, una investigación a tener en cuenta por muchas razones, mostradas a lo largo de esta revisión del artículo. Por un lado, el método de investigación utilizado cuestiona y supera el diseño de las encuestas con las que, durante 70 años, se han ido recogiendo las percepciones de las personas sobre el supuesto “declive moral” de la sociedad. Desde ahí, los investigadores destacan, al final de su artículo, la necesidad de lograr una mejor comprensión del fenómeno de la “ilusión del declive moral”. Desde luego, el estudio de este fenómeno nos puede llevar a la superación definitiva de actitudes anquilosadas que nos dificultan reconocer los avances de nuestras sociedades, y desterrar aquellas informaciones que no son verdaderamente fundadas bajo criterios de rigor. 

Y ya a título de conclusión, una recomendación de una lectura que, a ciencia cierta, está estrechamente ligada a una percepción de nuestras sociedades mucho más ajustada a la realidad, tal y como reclaman Mastronianni y Gilbert: La sociedad dialógica (descarga gratuita del libro). Sin duda, una manera de aproximarse a la realidad de nuestras sociedades libre de prejuicios y de ilusiones infundadas, que ya aporta conocimientos relevantes a la demanda de los dos autores de ese artículo de Nature. Aporta conocimiento y propuestas clave sobre las que cimentar una sociedad capaz de disfrutar de sus logros históricos, así como de promover conocimiento libre de prejuicios que ayude al progreso científico y social de la humanidad.

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Por Miguel Ángel Pulido

Área de Humanidades y Pastoral. Blanquerna - Universitat Ramon Llull