Cada vez són más las publicaciones científicas que señalan la importancia de un aprendizaje continuo, incluso estando de vacaciones y desde las primeras edades. En este sentido, la universidad de Harvard publicaba recientemente, dentro de sus artículos de “conocimiento útil”, algunas recomendaciones, dirigidas a familiares y personas que cuidan de la infancia en estos meses vacacionales, para seguir ofreciendo oportunidades de aprendizaje a las niñas y niños.
No hay que perder de vista que el aprendizaje no tiene por qué estar reñido con la diversión y esto, especialmente en un periodo vacacional, es un aspecto a tener presente. Entre otras, desde Harvard nos animan con las siguientes propuestas:
- Crear oportunidades de elección o permitir a nuestras hijas e hijos que participen en la organización de sus rutinas veraniegas. Con preguntas sencillas como “¿por qué no creamos juntos tu rutina para prepararte antes de ir al campus de verano?” o “¿hacemos juntos el menú semanal de la familia?” Estas sencillas oportunidades pueden permitir actividades de escritura o aprendizaje de nuevo vocabulario.
- Contar y representar historias para cultivar la imaginación. Podemos pedir a nuestras hijas e hijos que compartan una historia o describan un recuerdo, que lo escriban, y pedirles que designen qué papel debería hacer cada miembro de la familia. Podemos representarla conjuntamente y ayudarles para que la desarrollen de forma más compleja.
- Jugar durante los viajes en coche o en transporte público. Dejar de lado por un momento los dispositivos electrónicos y realizar algunas actividades relacionadas con la memoria, el pensamiento lógico, la lectoescritura o las matemáticas, como:
- el juego de las matrículas (sumar de cabeza las cifras de la que seleccionemos, leer el número, establecer entre dos la de mayor valor, etc.),
- las 10 preguntas (se elige un objeto, persona o lugar y hay que adivinarlo utilizando 10 preguntas),
- el juego del alfabeto (encontrar en orden alfabético palabras que empiecen por la letra que corresponda),
- escuchar un audiolibro e ir comentando lo que va sucediendo en la historia o
- dibujar en un cuaderno las cosas que ven durante el viaje.
Seguro que se os ocurren muchas más actividades o juegos que no requieren de un espacio o material específico y que permiten a las niñas y niños mantener activos sus procesos cognitivos de aprendizaje y mantenerse en contacto con un lenguaje más académico, similar al que utilizan en sus escuelas, y así evitar que sus cerebros “olviden”. Así podrán empezar el próximo curso con “cierta ventaja”.