Las interacciones entre niños y niñas, en las primeras edades, son importantes porque brindan oportunidades fundamentales para su desarrollo social (emocional, de autorregulación, etc.) y cognitivo (lingüístico, espacial, etc.). Esto es así tanto para el alumnado con discapacidad como para todo el alumnado.
Gracias a multitud de investigaciones y de prácticas educativas que abogan por la inclusión, cada vez es mayor la literatura científica que la recomienda. Sin embargo, todavía hay un conocimiento escaso sobre la naturaleza de las redes sociales dentro de las aulas inclusivas de educación infantil que cuentan con alumnado diverso, con y sin discapacidad.
Con el objetivo de contribuir al aumento del conocimiento en este área, la investigación “The Social Networks of Children With and Without Disabilities in Early Childhood Special Education Classrooms” analizó estas redes sociales en aulas inclusivas de educación especial para la primera infancia como conjunto de interacciones, tanto de juego como de conflicto, dadas entre niños y niñas con y sin discapacidad.
Entre los resultados extraídos de la investigación en aulas inclusivas de educación infantil, cabe destacar que:
- Los niños y niñas con discapacidad experimentan más interacciones de juego que de conflicto.
- La densidad de las redes de juego en la clase es mayor que la densidad de redes de conflicto.
- El alumnado infantil con desarrollo típico juega y tiene conflictos con más frecuencia con niños y niñas con desarrollo típico que con compañeros y compañeras con discapacidad. Del mismo modo, los niños y niñas con discapacidad interactúan más frecuentemente con compañeros y compañeras con discapacidad que sin ella.
- En relación al resultado segregador anterior, la capacidad lingüística y la cercanía de género también destacaron en la formación de redes sociales.
- Los niños y niñas con desarrollo típico tienen más probabilidades de ocupar espacios de protagonismo en los juegos, mientras que los niños y niñas con discapacidad presentan más probabilidad de marginación y aislamiento.
La información obtenida a partir de estos estudios refuerza la necesidad de crear entornos de aprendizaje más interactivos para promover el aprendizaje y el desarrollo social para el alumnado con y sin discapacidad, de utilizar enfoques educativos que fomenten redes sociales positivas en nuestras aulas y que sean capaces de controlar y cuidar procesos de inclusión reales.
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