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¿Son igual de importantes todas las maneras de hablar en el aula? ¿Producen los mismos resultados y las mismas mejoras? ¿La forma en la que hablamos en clase difiere mucho de unas escuelas a otras? ¿Qué impacto tiene la manera de establecer diálogos, de preguntar, de responder, de explicar durante las clases?

En cualquiera de nuestras clases existen diferentes momentos y actividades que se deben desarrollar para cubrir la amplitud de conocimientos, capacidades y competencias que el alumnado debe adquirir. El tipo de organización y las claves que se priorizan en el día a día, en cada una de las actividades y actuaciones que se ponen en marcha, tienen un impacto en el desarrollo particular y colectivo de los niños y las niñas.

Las investigaciones que han puesto el foco en lo que sucede en el aula, cuando los y las  docentes explican y organizan sus clases, han analizado en las últimas 4 décadas los diferentes tipos de habla que se dan. Se encontró que la forma más común de relación entre profesorado y alumnado en las aulas era la de Inicio – Respuesta – Feedback y Evaluación. Se trata de un modelo en el que el profesorado controla y gestiona todos los pasos de la interacción de principio a fin, la llamada habla de transmisión. Esta estructura de preguntas cerradas, que fue la mayoritaria que regía los procesos de enseñanza en las aulas, sigue muy viva en las aulas de muchas escuelas en la actualidad.

Hace tiempo, ya se demostró, en artículos científicos de gran impacto, que los procesos de habla en las aulas no se usaban para aprovechar todo su potencial. Por ello, es vital que los y las docentes reflexionemos sobre cuál es el tipo de habla que se produce en nuestras aulas. La finalidad es crear una conciencia de cómo funcionan para poder elegir las acciones que promueven cambios que lleven a poner en marcha aquello que las evidencias científicas han comprobado que genera los mejores resultados.

Los avances en la investigación han concluido que la forma de habla que proporciona más y mejores aprendizajes es aquella en la que el alumnado toma un papel activo en el diálogo abierto sobre las ideas que surgen entre ellos y ellas, a partir de preguntas abiertas que promueven el pensamiento crítico; es decir, las conversaciones dialógicas. En este tipo de habla, el papel del profesorado sigue siendo importante porque plantea tareas y temáticas, pero por otro lado permite la discusión y la reflexión crítica y elaborada del alumnado, que se erige en la clave y protagonista del aprendizaje compartido.

Este tipo de habla en el aula consta, según la investigación, de:

  • preguntas provocadoras dirigidas a obtener respuestas elaboradas,
  • respuestas que estimulan el diálogo y la participación y
  • intercambios entre profesorado y alumnado, y alumnado-alumnado, encadenados con sentido y con participación.

El tipo de habla que usamos en clase puede ayudar a tener este tipo de espacios o a continuar produciendo un tipo de habla de transmisión que conduce a un aprendizaje y una construcción del conocimiento de menor nivel y menos democrática.

[Imagen: Pixabay]

Por Josep Maria Canal

Maestro de educación especial y primaria. Profesor de la Universidad Internacional de Valencia. Sus líneas de investigación incluyen las Actuaciones Educativas de Éxito, la inclusión educativa, las Nuevas Masculinidades Alternativas y la socialización preventiva de la violencia de género.