Desde siempre, la poesía ha sido una de las formas más poderosas de conexión humana. A través de los versos, expresamos emociones, pensamientos y vivencias de una manera profunda y única. En el ámbito educativo, incorporar la poesía, desde la más tierna infancia hasta la adolescencia, no solo enriquece la cultura de los y las estudiantes, sino que también ofrece muchos otros beneficios que contribuyen a su desarrollo integral:
La poesía brinda al alumnado una oportunidad de explorar y expresar sus sentimientos de forma creativa. Incluir en el aula la escritura, lectura y tertulias literarias dialógicas (TLD) en torno a poesía de alta calidad ayuda a los y las jóvenes a identificar, expresar y procesar sentimientos complejos, y esto fomenta su capacidad de comprender y gestionar las propias emociones y las de los demás.
«Quiero decir algo, pero el pudor me impide. Si tuvieras deseos de bondad y belleza y no fuera algo malo lo que tu lengua agita, no tendrías pudor entre los ojos, y hablarías de ello limpiamente.» (Safo de Lesbos)
La estructura y el lenguaje poético invitan a los y las estudiantes a pensar de manera no convencional, fomentando su capacidad para generar ideas originales. Esta estimulación de la creatividad es esencial en un mundo que valora cada vez más el pensamiento crítico. La poesía, con su riqueza de imágenes y metáforas, resulta un reto cognitivo para que el alumnado aprenda a ver más allá de lo evidente, ampliando sus horizontes mentales.
Federico García Lorca afirmaba:
«El poema, la canción, el cuadro, no son más que agua extraída del pozo del pueblo, y hay que devolvérsela en una copa de belleza para que beba y, al beber, se comprenda a sí mismo.»
La poesía, con su uso preciso y evocador del lenguaje, enriquece el vocabulario y mejora la comprensión lectora, más aún cuando la dialogamos y mostramos, a través de esos debates, las diferentes interpretaciones que un mismo texto puede ofrecer. Además, la poesía introduce a los lectores en una variedad de estructuras gramaticales y estilísticas, que amplían su competencia comunicativa.
Antonio Machado reflexionaba:
«La poesía es el diálogo del hombre, de su conciencia con el universo»
A través de la poesía, promocionamos la empatía y la comprensión intercultural. La poesía actúa como un puente que conecta diferentes mundos, permitiendo a los y las jóvenes apreciar la diversidad y desarrollar una visión más inclusiva e igualitaria del mundo que les rodea.
Miguel Hernández escribió:
«El mundo es como aparece ante mis cinco sentidos, y ante los tuyos que son las orillas de los míos»
Incorporar la poesía en la vida diaria de los estudiantes es una manera de acercarlos a la belleza y el amor. La contemplación de lo bello a través de los versos socializa a los estudiantes en la atracción por las cosas hermosas, ya hablemos de relaciones, literatura, artes o cualquier otra.
«Eres, creo, una estrella vespertina, la más hermosa de todas las estrellas» (Safo)
Al compartir sus pensamientos sobre las creaciones poéticas en TLD, las y los jóvenes aprenden a reivindicar, denunciar injusticias, valorar las opiniones ajenas, respetar la diversidad de pensamientos y construir conjuntamente un espacio de confianza y respeto, que les ayuda en la búsqueda de lo bueno, lo bello y lo verdadero.
Federico García Lorca reflexionaba:
«Siempre estaré del lado de los que no tienen nada y a los que ni siquiera se les permite disfrutar en paz de la nada que tienen»
La poesía puede ser una herramienta poderosa en la educación, capaz de enriquecer la vida del alumnado. Integrar la poesía en el currículo educativo les ofrece la oportunidad de conectar con su humanidad, apreciar la belleza del mundo y contribuir a la construcción de una sociedad más justa.
Como dijo Antonio Machado:
«En cuestiones de cultura y de saber, sólo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da»
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Profesora en educación secundaria