Hace pocos años que oigo a profesorado de secundaria y de los últimos cursos de primaria hablar de un aumento del discurso de odio dentro de las aulas. En conversaciones con compañeros y compañeras, coincidimos al percibir una aparente paradoja: mientras parece que en las últimas décadas la escuela ha visto avances en la coeducación, la solidaridad y la tolerancia a la diversidad, al mismo tiempo nos sorprenden comentarios de jóvenes, adolescentes e incluso preadolescentes que denotan miedo a la diferencia, de diferentes maneras.
Acabo de escuchar una entrevista de la Asociación Americana de Psicología (APA) al Dr. Robert Sellers (Universidad de Michigan). La APA está promoviendo el diálogo y divulgando el conocimiento científico sobre la importancia de lo que denominan DEI: diversidad, equidad e inclusión. Bajo este término se agrupan todas las iniciativas que tienen el objetivo de asegurar que la sociedad se beneficie de incluir las aportaciones de diferentes personas, colectivos, culturas, etcétera. Un hecho que alarmó a la comunidad científica es que, el año pasado, 22 estados introdujeron leyes para restringir los esfuerzos de DEI, cerrando oficinas dedicadas a estos objetivos y acabando con programas de formación sobre diversidad. Existe, por tanto, una gran preocupación de que el debate político ignore la evidencia científica sobre la importancia de la diversidad.
La diversidad se entiende como la inclusión de experiencias históricamente excluidas, no solo para remediar injusticias pasadas, sino porque la exclusión reduce la calidad de la ciencia y de las aplicaciones prácticas, como tratamientos e incluso fármacos. Es decir, la diversidad de experiencias y perspectivas es clave para resolver grandes problemas y promover ideas innovadoras.
En mi experiencia, el alumnado aprende a valorar la diversidad cuando realmente ve que mejora sus vidas, no solo haciendo que aprendan más sino también que se sientan mejor. Cuando realmente trabajan en equipo, cuando dialogan en igualdad sin dejar a nadie fuera, a nadie atrás, no necesitan que les expliquemos que la diversidad es importante, porque ellos y ellas pueden explicarlo mejor. Pero es cierto que, para promover el valor de la diversidad, es importante que todas las personas, también las adultas, sepan ciertas cosas. El Dr. Sellers explica los tres conceptos de la siguiente manera:
- Diversidad: Significa capturar la totalidad de experiencias humanas en diferentes contextos, reconociendo la diversidad de experiencias individuales (al escuchar esto, mi mente viaja a las tertulias literarias en las que cada alumno y cada alumna aporta vivencias muy diferentes que, además, son muy valoradas por el grupo).
- Equidad: Se refiere a desmantelar barreras históricas y contemporáneas que limitan la participación de ciertos grupos (me recuerda a las muchas veces que hemos conseguido convencer a un abuelo o una abuela que no tenía estudios para que viniera a clase a ayudarnos en los grupos interactivos, o cuando decíamos a la alumna recién llegada, que no sabía una palabra de español, “claro que puedes participar, encontraremos la manera”).
- Inclusión: Implica valorar y aprovechar todas las perspectivas, abordando cuestiones de poder y asegurando que todas las voces sean escuchadas y valoradas (como en las asambleas de representantes en las que una niña de 4 años comparte una reflexión que es aplaudida por alumnado de primaria y por profesorado).
Teniendo en cuenta lo que la ciencia nos viene diciendo desde hace décadas, es importante que la ciudadanía sepa que está ampliamente demostrado que la diversidad mejora (realmente) la sociedad. Así pues, las acciones simbólicas, como cambiar nombres de instituciones y pronunciar disculpas formales, son importantes pero insuficientes. Deben complementarse con cambios estructurales y redistribución de recursos y oportunidades. Las crecientes críticas a las iniciativas DEI frecuentemente se basan en una comprensión limitada del tema, que muchas veces lo reduce todo a “una breve formación”, “un curso obligatorio”… y no a cambios profundos.
En un próximo artículo, podemos profundizar en los motivos por los que muchas personas se sienten amenazadas por la diversidad, la equidad y la inclusión.